Sirenas y más sirenas en los alrededores de la sala de fiestas donde están los rehenes. Desde fuera lo único que se escuchan son disparos. Primero una explosión a los lejos y en los alrededores la gente con las manos en la cara, llorando de miedo. Poco a poco la gente se ha metido en sus casas ante el estado de alerta. "Nos aconsejan no salir de casa".
"Tenemos miedo, ha declarado una persona que vive cerca de la sala de fiestas en la que se encuentran los rehenes. "No podemos de encender las luces".
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