Bielorrusia se prepara para prolongar en el poder al "último dictador de Europa"

    • Alexander Lukashenkosumaría al frente del país veinte años, marcados por las acusaciones de violaciones de los DDHH y avances económicos.
    • EEUU nunca ha aceptado queLukashenkooptará por el socialismo de mercadomientras el resto de países de la extinta URRS se plegaban al Consenso de Washigton.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko/AFP
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko/AFP

La participación era del 81 por ciento dos horas antes del cierre de las urnas, según la Comisión Electoral Central.

La controvertida figura de Alexander Lukashenko, considerado por una parte de la comunidad internacional como el "último dictador de Europa", pese haber vencido en todos los comicios y referéndums revocatorios a los que se ha enfrentado, se enfrenta este domingo por quinta vez a unas elecciones, y de las que previsiblemente saldrá vencedor de nuevo, sumando así veinte años en el poder.

Era 1994 cuando un jovenLukashenko se presentaba a unos comicios, los primeros desde la independencia de Biolorrusia tras la caída de la URSS, en los que partía en clara desventaja con respecto a sus competidores.

Sin embargo, su retórica anticorrupción y sus promesas de una política socialista de mercado frente a los aires del capitalismo agresivo que llegaban de la Rusia de Boris Yeltsin, acabaron por auparle al poder, con el 80% de los votos en la segunda vuelta electoral, del que no se ha bajado desde entonces.

Si bien su largo mandato ha estado marcado por logros económicos muy importantes, que han beneficiado en especial a las clases más populares -de ahí su alta popularidad-, las acusaciones de violaciones de Derechos Humanos, además de su mala relación con parte de la prensa y la oposición, de la que algunos de sus miembros han sido encarcelados acusados de corrupción,han sido una constante desde que tomó el poder en 1994.Economía planificada al estilo soviético

Tras la caída de la URSS, sus antiguas repúblicas experimentaron una grave crisis económica y social con la entrada sin cortapisas del capitalismo. La transición agresiva de un modelo a otro también afectó a Biolorrusia cuya inflación era del 40% cuando Lukashenko ganó sus primeras elecciones.

A diferencia del resto de vecinos de la región, el país llevó a cabo una economía planificada, en la que se fijaron precios de los productos básicos, se nacionalizaron empresas y entidades bancarias y se dobló el salario mínimo.

El resultado de esas medidas fueron una economía estatal, donde algo más de la mayoría de los casi diez millones de los ciudadanos está trabajando para una empresa pública, lo que ha supuesto, según datos del Gobierno, una tasa de paro del 1%.

Sin embargo, el sueldo medio es de 400 euros, superior al de sus vecinos de Europa Oriental y algo más del doble que el que reciben los ucranianos, para un nivel de vida que se asemeja al de otras capitales importantes del continente.

Biolorrusia no ha permanecido ajena a la recesión esconómica mundial y tras varios años de desarrollo, el PIB fue creciendo desde el año 2000 una media anual de cinco puntos porcentuales, ha dejado de hacerlo a ese ritmo -aunque ha mantenido cierta estabilidad-.

Además, tuvo que hacer frente a una inflación del 108% tras una fuerte crisis de devaluación de su moneda en 2011, lo que provocó escasez de divisas e hizo al Gobierno renunciar a uno de sus grandes logros sociales al reducir el salario mínimo.Sin oposición

No parece que los tres candidatos que aspiran a la Presidencia de Bielorrusia supongan un desafío importante paraLukashenko, por lo que han optado por hacer causa común y han pedido boicotear las elecciones.

"Lukashenko y su sistema están en un callejón sin salida. No hay opción, pero está la de no ser como borregos", aseguró Anatoly Lebedko, el candidato del conservador y minoritarioPartido Cívico Unido de Bielorrusia.

En los anteriores comicios de 2012, con una participación que rondó casi el 75%, la oposición no obtuvo ningúnrepresentante, por lo que las fuerzas contrarias aLukashenko decidieron no aceptar los resultados.

Si bien es cierto que tan solo se presentaron 26 candidatos de la oposición, pues el resto, entre ellos los del partido de Lebedko, optaron por renunciar a sus candidaturas como forma de protestar contra lo que ellos consideraron unas elecciones amañadas, que contó con más de 500 observadores internacionales y 16.000 nacionales.Rusia, aliado tradicional

Si bien el recelo de Europa ha ido disminuyendo poco a poco con el paso de los años, en parte por las reformas del Gobierno que se anima a liberar presos políticos y por las relaciones económicas con algunos países de la UE, quien sí ha mantenido su beligerante postura desde un principio ha sido Estados Unidos, que llegó, en palabras de su antigua secretaria de Estado Condoleezza Rice, a catalogar a Bielorrusia como "baluarte de la tiranía de Europa".

Lo cierto es que Estados Unidos jamás aprobó que Lukashenko optará por el socialismo de mercado mientras el resto de los antiguos países satélites de la URRS se plegaban al Consenso de Washigton, incluida la Rusia de Yeltsin.

Desde su independencia de la URRS, Bielorrusia siempre ha sido aliado de Moscú, del que depende econonómicamente en gran medida."No solo seguimos siendo un país amigo para Rusia. Somos el país amigo más cercano", afirmóLukashenko durante la jornada electoral.

Su papel internacional se ha visto reforzado tras haber servido como intermediario en la guerra civil que azota al este de Ucrania, cuando acogió en Minsk dos encuentros entre Vladimir Putin y Petro Poroshenko, en octubre de 2014 y febrero de 2015.

De hecho, su postura en el conflicto, se mostró crítico con la anexión rusa de Crimea, enfrió en cierta medida las relaciones con Moscú, algo que ha negado siempre, asegurando que no son más que intentos por "enturbiar" los buenos lazos que existen entre ambos países.Primeros sondeos a pie de urna

Los sondeos a pie de urna apuntan a una clara victoria de Alexander Lukashenko, con entre el 80 y el 84% de los votos. La participación era del 81% dos horas antes del cierre de las urnas, según la Comisión Electoral Central.

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