Brown dimitirá como líder laborista

Gordon Brown no renunciará a su cargo de primer ministro de momento. Continúa teniendo la intención de llegar a un acuerdo con el Partido Liberaldemócrata de Nick Clegg, a quien ofrece la reforma electoral que exige el líder liberal y un pacto en el programa económico del país.

Esta tarde han comenzado las negociaciones entre liberaldemócratas y laboristas, según ha indicado el propio Brown, que ha asegurado haber recibido una llamada de Clegg "recientemente" para iniciar "conversaciones formales" con su equipo.

Gordon Brown ha anunciado su intención de no presentarse a la reelección como líder laborista en el congreso que celebrará el partido el próximo otoño, aunque su intención sería permanecer como primer ministro de un gobierno de coalición con los liberales hasta que le sustituyera el nuevo jefe de su partido.

Este movimiento obedece al desgaste que ha sufrido Brown como jefe de Gobierno con la recesión económica del país y después de más de diez años en primera línea de la batalla política británica, como antigua mano derecha de Tony Blair en su cargo de canciller del Exchequer (ministro de Economía y Hacienda). Además, siguiendo el consejo de sus asesores que hoy se habrían reunido con él según la BBC, ha renunciado para allanar el camino a las negociaciones con los liberaldemócratas.

Ya eran numerosos los medios y críticos que pedían la cabeza del líder laborista; y más tras ver reducida su mayoría absoluta de 356 escaños en la Cámara de los Comunes a 258 asientos en los comicios del pasado 6 de mayo. Aunque finalmente Brown sí obtuvo un porcentaje lo suficientemente alto de votos como para no ser superado por los liberaldemócratas, que obtuvieron unos resultados peores que en 2005 y muy por debajo de lo que habían pronosticado numerosos sondeos después de los debates electorales televisados.

Mientras tanto, los liberaldemócratas están negociando con ambos bandos: no han abandonado las conversaciones con los conservadores, según ha indicado Brown en una comparecencia pública, aunque las distancias en sus políticas migratorias y la falta de un entendimiento en el impulso de una reforma electoral podrían estar haciendo mella en el intento de alianza entre tories y liberaldemócratas.

Clegg había insistido este medio día que su intención es tomar una decisión cuantoantes para que se pueda formar un gobierno estable y fuerte, un argumento que están subrayando todas las partes implicadas.

Aunque no existe una fecha límite legalmente para formar un nuevo Ejecutivo, el 25 de mayo es el tradicional "discurso de la Reina" en el que se exponen las líneas básicas de la legislatura del nuevo gobierno, por lo que para entonces debería haber un acuerdo, una fecha que de todas forma los líderes no parecen tener intención de agotar.