Conoce al yogui que quiere revolucionar la India

  • Se llama Baba Ramdev, y en la India es conocido por todos. Su lucha por el final de la corrupción no tiene tregua y sus técnicas son tan pacíficas como poco viables sus propuestas. Sin embargo, no todo lo que dice Ramdev es solidario.
Su lucha por el final de la corrupción no tiene tregua y sus técnicas son tan pacíficas como poco viables sus propuestas.
Su lucha por el final de la corrupción no tiene tregua y sus técnicas son tan pacíficas como poco viables sus propuestas.
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Jason Overdorf, Nueva Delhi (India) | GlobalPost

La tragedia de la política india es que por lo general es algo muy parecido a una tomadura de pelo.

Hace dos fines de semana, una redada policial provocada por un popular gurú en huelga de hambre. Primer se tornó primero violenta, y luego totalmente cómica. El yoqui escapó vestido de mujer, pero al final fue capturado y llevado rápidamente a su refugio espiritual en el Himalaya.

Swami Baba Ramdev, un yogui que tiene hasta un programa de televisión, arrastra un movimiento de masas en la India. Había organizado un ayuno en Nueva Delhi contra la corrupción en la India y ha pedido al Gobierno que desarrolle una legislación anticorrupción seria y que persiga los miles de millones de euros en fondos ilícitos en el extranjero.

Una semana después de la protesta, la policía dispersó con porras y gases lacrimógenos otra convocatoria de 40.000 personas. Al menos un manifestante quedo en estado crítico. Ramdev se exilió a la ciudad de peregrinación hindú de Haridwar, donde continúa su ayuno para obligar al Gobierno a devolver el denominado 'dinero negro' escondido en cuentas secretas en bancos extranjeros.

Como una figura rural y conservadora, Ramdev ha erigido durante los últimos cinco años un imperio de la salud y la filosofía que comprende unas 34 empresas. Su grupo facturó el año pasado unos 175 millones de euros, según la prensa india. Predicando técnicas simples de yoga, ha acumulado rápidamente una audiencia de millones de personas en su programa de yoga televisado, ahora apoyado por dos empresas de radiodifusión.

Pero al catalogar la homosexualidad como un problema psicológico y asegurar sin ningún fundamento que sus ejercicios de respiración pueden curar el cáncer y el sida, por no mencionar el crecimiento del cabello, ha asegurado que la mayoría de sus seguidores son hindúes conservadores de zonas rurales y de pequeñas ciudades que están siendo constantemente apartados del salto de la India hacia la modernidad.

En realidad su presencia puede dañar el movimiento en contra de la corrupción más que ayudarlo al insistir en medidas que son poco viables o que son irrelevantes, tales como la eliminación de los billetes superiores a 50 rupias (aproximadamente un euro), o la introducción de la pena de muerte para los funcionarios corruptos.

Pero tan ridículo como el debate que plantea Ramdev, eleva tanto el volumen que no puede ser ignorado, al igual que Rush Limbaugh.

Por lo tanto, no fue una sorpresa que en cuestión de horas, casi todos los políticos se sintieran obligados a adoptar una posición sobre Ramdev y apoyar o criticar su discurso. Casi todos los políticos de la oposición tenían algo que decir en contra de la brutal represión, mientras que el Congreso dio un portazo a Ramdev y a su intento de promulgar leyes sin pasar por el trámite de los votos.

Veteranos del partido nacionalista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) y del Vishwa Hindu Parishad (VHP) reaparecieron para unirse a la polémica. Un periodista trató de golpear un portavoz del Partido del Congreso con su zapato.

Una delegación de líderes de la oposición del partido Bharatiya Janata, encantados al ver la dirección en la que soplaba el viento, irrumpieron en un estallido de júbilo en las afueras del mausoleo de Mahatma Gandhi. Se reunieron con el presidente para exigir una sesión de emergencia del Parlamento con el fin de intimidar al Gobierno.

El primer ministro Manmohan Singh emitió una disculpa pública tratando de defender la represión. "Desafortunadamente, la operación tuvo que llevarse a cabo, ya que sinceramente, no había otra alternativa", dijo a los periodistas.

Y el propio Ramdev, vestido una vez más con su característico traje naranja, regresó de nuevo al centro de la escena mediante noticias televisadas para sonreír, poner los ojos en blanco e insinuar que una misteriosa "misión secreta" había ocasionado que su hombre de confianza, habitualmente omnipresente, hubiera desaparecido.

A pesar de ser tan descabellado como suena, la situación es seria.

El Congreso liderado por el partido del Gobierno Alianza Progresiva Unida (UPA) ha sido acusado duramente de corrupción, incluso antes de que Ramdev comenzase su ayuno. Ni el encarcelamiento del ex ministro de telecomunicaciones ni su concesión de incluir a los miembros destacados de la sociedad civil en la elaboración de una nueva ley del defensor del pueblo han logrado mitigar el enfado.

Así que, cuando Ramdev entró en la refriega, lo que hasta este momento parecía ser un esfuerzo ingenuo y altruista se convirtió en algo abiertamente político.

Aunque Ramdev y el partido nacionalista hindú RSS negaron cualquier filiación, la identidad del gurú hindú, su política de derechas y su fuerte sentido de nacionalismo hacen que sean aliados naturales. Y con la jugada de Ramdev de hacerse cargo del movimiento contra la corrupción, que antes había sido defendido por la activista social Anna Hazare, también puso en marcha una huelga de hambre contra la corrupción. El simbolismo de la lucha cambió totalmente.

Sin embargo, Hazare, crítica con el Gobierno, con su traje blanco y gorra al estilo Gandhi, simboliza el cambio desde dentro de la tradición del Partido del Congreso (CNI), aunque no sea uno de sus miembros. Por su parte, las túnicas naranjas de Ramdev  representan al BJP, conocido coloquialmente como 'el partido del azafrán', aunque Ramdev tampoco es miembro del BJP.

La represión del Gobierno al ayuno de Ramdev ha completado el cambio de dirección del movimiento, y muchos observadores creen que es un estúpido error de cálculo.

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