Hasna Aitboulahcen es el nombre de la yihadista suicida que se inmoló en medio del operativo de las fuerzas de seguridad francesas en el barrio Saint-Denis, e hizo explotar el cinturón de explosivos que llevaba puesto.
En el vídeo se puede observar como saltas los cristales por la ventana y una gran ola de fuego.
La joven de 26 años e identificada como prima de Abdelhamid Abaaoud fue quien posibilitó, sin saberlo, detectar el sitio donde se realizó el operativo que arrestó a ocho terroristas.
Pero Hasna no es la primera mujer que se quita la vida con un cinturón bomba.
A pesar de que durante los dos últimos años varias mujeres han alcanzado las "tierras de la yihad" siria o iraquí, son pocas las que han optado por el martirio. Entre ellas, Muriel Degauque, una joven belga convertida al islam, que se hizo explotar en noviembre de 2005 en Irak al paso de un convoy estadounidense.
Si bien prefirió la muerte a la rendición, la kamikaze de Saint-Denis no eligió, -al contrario de quienes se hicieron explotar el viernes de noche en París provocando al menos 129 muertos-, intentar perpetrar un atentado suicida contra eventuales viandantes.
A pesar de que Aitboulahcen ha sido la primera joven en inmolarse en occidente no es la primera vez que una mujer comete un atentado con cinturón bomba. El fenómeno de las mujeres kamikazes existe desde hace décadas, tanto por organizaciones religiosas, seculares o separartistas. Palestina, Líbano, Chechenia son algunos de los países en los que este fenómeno ha sido utilizado.
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