Qué son las bombas termobáricas o de vacío: los efectos que pueden provocar

La guerra entre Rusia y Ucrania sigue activa pese a las primeras conversaciones y reuniones entre el presidente Volodimir Zelenski y Vladirmir Putin. Desde el país ucraniano acusan al líder ruso de estar lanzando ataques contra la población civil y contra espacios y edificios públicos y residenciales. Además, esta semana, la embajadora de Ucrania en EEUU, Oksana Markarova, ha acusado a Rusia de estar utilizando bombas termobáricas, también conocidas como bombas de vacío, contra la población ucraniana. 

La embajadora se ha apoyado en su afirmación en las imágenes y vídeos que varios reporteros de la CNN han grabado y en la que se puede observar a militares rusos transportando un lanzacohetes con armamentos TOS-1, el modelo ruso de este tipo de bombas, de camino a Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania. 

Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha asegurado que, de ser ciertas las imágenes que se han difundido, estaríamos hablando de crímenes de guerra, ya que este tipo de armamento está prohibido por la Convención de Ginebra. 

Las bombas termobáricas o de vacío están compuestas por dos cargas explosivas, una de presión y otra de calor. Por un lado, la primera carga expande una nube de combustible por la atmósfera, que se mezcla con el oxígeno de esa zona. Por otro, la segunda detona el carburante presente en el aire y crea un efecto de vacío. Esto provoca que se consuma todo el oxígeno y que se alcance una temperatura de hasta 3.000 grados centígrados. 

Según explica The Guardian, estas armas generan una gran onda expansiva con una alta presión y temperatura. Esto supondría la muerte de las personas por asfixia, debido a la falta de oxígeno, o por la incineración de la atmósfera. Por lo general, este tipo de explosivos se utiliza tanto en espacios abiertos como en cerrados.

Su origen

Rusia fue el primer país en diseñar este tipo de armamento. El modelo original fue el cohete RPO-A Schmel, un lanzallamas de infantería que contenía una mezcla autodeflagrante compuesta por magnesio y nitrato de isopropilo y que se probó con éxito en el año 1984. Además, el gobierno ruso ya ha utilizado este tipo de bombas en conflictos bélicos, como por ejemplo durante la guerra de Afganistán en los años 80 o en la guerra de Chechenia entre los años 1999 y 2004.

Más recientemente, en febrero de 2020, el medio ruso RT publicaba en su canal de YouTube un vídeo en el que se podía ver cómo a un vehículo del ejército de Putin haciendo maniobras militares armado con el mismo tipo de lanzamisiles que ahora se ven de camino a Ucrania. Según la agencia, en ese momento estaba cargado con 24 proyectiles.