Egipto, también bajo la amenaza de los vertidos

  • El vertido de BP no es el único que está causando problemas. Los pescadores egipcios se enfrentan a las consecuencias de uno de los peores vertidos acaecidos en el Mar Rojo, con la amenaza constante de cientos de plataformas petrolíferas como la Deep Water Horizon de BP en el Golfo de México.
Jon Jensen | GlobalPost

(Hurghada, Egipto). Para los pescadores egipcios, navegar alrededor de pequeñas manchas de petróleo en un Mar Rojo de color turquesa no es algo nuevo. En las aguas que pertenecen a Egipto hay unas 180 plataformas petrolíferas y un intenso tráfico de enormes petroleros que cruzan el Canal de Suez camino de Europa. En un entorno como ese, las pequeñas fugas de petróleo son prácticamente la norma habitual.

Pero recientemente ha ocurrido lo que algunos expertos califican como uno de los mayores derrames de petróleo en Egipto en los últimos años.

Todavía se desconocen muchos de los detalles del origen de esta fuga, que llegó hasta las orillas de una zona rica en biodiversidad y muy popular entre los turistas extranjeros.

La fuga, que según se informó en principio ha afectado a una franja marítima de 19 kilómetros, se detectó por primera vez el 18 de junio, aunque muchas personas creen que el petróleo comenzó a brotar días antes.

Científicos y ecologistas admiten que el mayor daño medioambiental se ha limitado a unas cuantas islas lejos de la costa, debido a las fuertes corrientes y a los vientos que empujaron el vertido hacia la costa de Hurghada y no hacia las profundidades marítimas, donde están las delicadas barreras de coral.

Según la mayoría de los testimonios, el total del petróleo vertido en Egipto es pequeño si se compara con otros incidentes internacionales, como el de BP en EEUU.

Pero a los habitantes de Hurghada no les sirve de mucho consuelo saber que no se tendrán que enfrentar a las mismas cantidades de crudo que están llegando a las costas del Golfo de México.

Un mes después de detectarse la fuga de petróleo en el Mar Rojo, todavía se conocen muy pocos detalles sobre la fuente de la misma y la cantidad real derramada, lo que ha provocado una serie de acusaciones de mala gestión al Gobierno por parte de activistas medioambientales, científicos independientes y empresarios locales.

Amar Ali, director de la Agencia para la Protección y Conservación Medioambiental de Hurghada, está liderando las críticas contra la gestión del Gobierno de este “vertido catastrófico”. Las partes responsables de la fuga, según Ali, no notificaron a nadie del accidente hasta que los pescadores de Hurghada se encontraron de frente la mancha de petróleo, tres días más tarde.

“No se trata tan solo del vertido; se trata de que crisis como esta se manejan sin transparencia”, denuncia. “Quien fuera que causó el derrame no debería de quedar sin castigo”.

Ali asegura que le sorprendió oír al Gobierno de Egipto anunciar que la fuga se había sellado, al mismo tiempo que decía ignorar la localización exacta del lugar del accidente.

Imágenes de vídeo grabadas por la organización de Ali y publicadas en su canal en YouTube muestran una sustancia que parece petróleo flotando en el agua que rodea a una plataforma petrolífera. En el vídeo también se ve cómo un pequeño barco vierte lo que parecen ser dispersantes químicos al agua en torno a la torre de perforación.

A través de las imágenes se puede ver que la plataforma es similar a otra que está gestionada por PetroGulf Misr, una compañía petrolífera controlada por el Gobierno con base en la isla de Geisum, al norte de Hurghada.

El Ministerio de Petróleo de Egipto finalmente intervino una semana después del incidente, emitiendo un largo comunicado de prensa en el que declaraba que “el derrame fue provocado por barcos petroleros en ruta que soltaron lastre o derramaron parte de su carga, y que el viento después llevó hasta las playas”.

Varios científicos independientes, no obstante, rechazan esas explicaciones.

“No puedo aceptarlo, porque la cantidad de petróleo encontrado es mucho más de lo que podría llegar de un petrolero que pasa por la zona. Y además, todo es petróleo crudo”, afirma Salah el-Haggar, profesor de estudios de la energía y el medio ambiente en la Universidad Americana de El Cairo.

Aunque los ministerios de Petróleo y Medio Ambiente de Egipto fueron alabados por la rápida limpieza de las playas de Hurghada, realizada en tan solo tres días, muchos creen que se trata tan solo de una solución cosmética para rescatar las zonas frecuentadas por los turistas.

A Mahmoud Hanafy, profesor de ciencias marinas de la Universidad del Canal de Suez, le preocupa que si bien la fuga fue limitada en tamaño, la contaminación provocada quizás ya haya alterado el sistema ecológico de las islas cercanas a la costa de Hurghada, hogar de diversas especies de peces y tortugas y donde anida un tipo de gaviota endémica del Mar Rojo en riesgo de extinción. El petróleo que llegó a esa zona durante los primeros días de derrame afectó gravemente a esas playas, según el profesor Hanafy.

Egipto produjo en 2009 un promedio de 685.000 barriles de petróleo al día. Cerca del 70 por ciento de ese petróleo, según Hanafy, procede del frágil ecosistema del Mar Rojo.

A raíz de este reciente accidente, el ministro de Petróleo de Egipto ha anunciado que se estudiará la posibilidad de reducir el número de concesiones petrolíferas en el Mar Rojo.

“El problema es que el derrame se produjo en una zona con un ecosistema sensible. Esta es una zona muy valiosa para el buceo, como entorno ecológico y también para la extracción de petróleo”, reconoce Hanafy. “El desafío al que se enfrenta Egipto es buscar la fórmula para alcanzar un equilibrio entre la producción de petróleo y la conservación del Mar Rojo”.

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