El comercio justo del algodón llega a la India

  • Los agricultores que cultivan algodón en la India a menudo tienen deudas tan abrumadoras que incluso les llevan al suicidio. Cada año se repiten miles de casos así. Por eso la ONG Shop for Change ("Compra para el Cambio") está impulsando un nuevo mercado de comercio justo con fabricantes de algodón.
Planta de algodón producida en como parte de un programa de comercio justo
Planta de algodón producida en como parte de un programa de comercio justo
iStockPhoto
Hanna Ingber Win | GlobalPost

(Amravati, India). Rajendra Panja Kadu vive con su familia en una pequeña y modesta casa en un pueblo agrícola del centro de India. Tiene tres trabajos: cultiva su pequeño terreno, ordeña la leche de su búfalo y también trabaja en las tierras de otros campesinos. Pero, al igual que otros millones de familias de las zonas rurales en la India, apenas llega a fin de mes.

Kadu gana unas 60.000 rupias (unos 965 euros) al año y depende de las cartillas de racionamiento del Gobierno para comprar comida, explica sentado al borde de su cama de madera. Por debajo de la cama sobresalen montones de algodón esperando a ser vendidos. Apoyados en una pared, sacos de semilla de soja; en la otra, imágenes de dioses hindúes.

Cuando Kadu anda escaso de dinero, pide prestadas 10.000 rupias a los prestamistas, que le cobran un interés mensual del 5 por ciento.

Este campesino, que vive en el pueblo de Ghodghwan, en el distrito de Amravati, asegura que continúa trabajando en el campo pese a las dificultades a las que se enfrenta porque no tiene ninguna opción mejor. "Es mi negocio. No sé hacer otra cosa", dice.

Kadu se las va arreglando, pero no siempre. El año pasado tuvo un accidente de moto y no le quedó más remedio que pedir prestadas 150.000 rupias -más del doble de sus ingresos anuales- a amigos y familiares para pagar las facturas médicas.

Una organización no gubernamental llamada Shop for Change está intentado mejorar las vidas de campesinos indios como Kadu, ayudándoles a llevar a cabo prácticas de comercio justo y facilitándoles el acceso a un sector del mercado interesado en comprar ese tipo de productos.

Shop for Change, que creó el primer sello de comercio justo para un mercado indio que trabaja con una importante cadena de suministros, lanzó en enero camisetas de algodón con su etiqueta sostenible en colaboración con un comercio. Otras empresas que están adoptando estándares similares tienen previsto ofrecer también varios tipos de productos de algodón certificado.

Habitualmente, los productos de comercio justo como el café y el té se producen en países en desarrollo y se venden a los consumidores del primer mundo. Shop for Change pretende sacar provecho de un creciente mercado de ciudadanos indios de clase media y alta, que tienen ingresos extra para poder pagar precios un poco más altos por algunos bienes y que -esperan- se sientan impulsados a ayudar a los campesinos que no viven muy lejos de ellos, explica el presidente de la ONG, Seth Petchers.

"Todo el concepto del comercio justo, y el del poder de los consumidores para influir sobre el modo en que las empresas hacen sus negocios y las opciones que pueden adoptar como consumidores, todo eso es nuevo aquí", afirma.

Shop for Change seleccionó a tres organizaciones agrícolas, que representan a unos 2.500 campesinos, y las auditaron para asegurarse de que cumplían sus requisitos de certificación. Las organizaciones, explica Petchers, deben de cumplir unas condiciones de seguridad y de salud adecuadas, ser transparentes en la gestión, tener un plan de gestión medioambiental y trabajar para que los granjeros puedan aumentar su productividad y reducir sus costes de producción.

Las compañías que compran la materia prima a los campesinos pagan a las organizaciones agrícolas una tasa extra del 15 por ciento, que se dedica a mejorar las capacidades de sus miembros a través de formación, actividades de desarrollo social y planificación, explica G. Venkat Raman, del Grupo para la Agricultura y Ganadería Orgánica de la India, una red de organizaciones que trabaja con colectivos rurales.

Shop for Change ha optado por dirigirse primero a los fabricantes de algodón, debido a las especiales dificultades para sobrevivir que tienen los cultivadores de esta materia en India.Lastrados por deudas abrumadoras debido a los altos costes de producción y las exorbitantes tasas de interés de los préstamos, algunos campesinos se enfrentan a tantas dificultades y vergüenza que acaban suicidándose. El número de suicidios cada año varía, pero hay cálculos que apuntan hacia más de 17.000 al año.

Mother Earth ("Madre Tierra"), que es la primera cadena de tiendas que vende ropa de la etiqueta Shop for Change se dirige a las generaciones de jóvenes indios urbanos, que pueden pagar el equivalente a 7 euros por una camiseta moderna entallada de esta marca sostenible porque consideran que los productos de comercio justo están bien, asegura Neelam Chhiber, director ejecutivo de Mother Earth."Queremos que hacer el bien se ponga de moda", afirma.

Shop for Change también ha logrado el apoyo del actor de Bollywood Parvin Dabas ("La boda del monzón") para promocionar la marca. Dabas, que nació en una aldea a las afueras de Nueva Delhi, dice que utilizará fotografías que ha tomado de cultivadores de algodón para concienciar a la gente sobre los productos de comercio justo.

Los detractores del comercio justo dicen que el sistema no ayuda a los campesinos porque les anima a seguir produciendo cosechas a bajo precio, y porque los precios inflados llevan a la sobreproducción, lo que hace que caigan aún más.

Otra de las críticas es que parte del precio extra que se paga en este tipo de productos va a manos del comerciante, o a la agencia de certificación, en lugar de ser para el campesino.

Petchers responde que el comercio justo no trata de ser la solución mágica para resolver la situación de los campesinos, sino que "es una pieza dentro de un rompecabezas mucho más grande".

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