Los terroristas del Estado Islámico trataban de provocar una nueva masacre en Irak en la que la mayoría de las víctimas serían niños de corta edad. El método ideado por las enfermas mentes de los yihadistas eran juguetes explosivos.
Las fuerzas de seguridad iraquíes incautaron recientemente casi una veintena de muñecas con explosivos en su interior, que iban a ser distribuidas entre peregrinos chiitas.
Las fuerzas de seguridad en Bagdad desactivaron y destruyeron 18 artefactos explosivos improvisados que habían sido escondidos en el interior de los cuerpos huecos de los juguetes de los niños, según informa Daily Mail.
El Estado Islámico había planeado distribuir las muñecas-bomba en la carretera entre la capital iraquí y Karbala. Allí se concentrarían millones de musulmanes chiítas el próximo mes, en su peregrinación anual del Arbaeen.
Arbaeen es una celebración religiosa chií que marca el final del período de 40 días de luto tras el aniversario de la muerte del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma.
Es considerado uno de los mayores encuentros religiosos en el mundo, que concentra millones de fieles en Karbala.
El año pasado, el número de peregrinos en la ciudad de Karbala superó los 17,5 millones.
Las bombas trampas explosivas fueron descubiertos por las fuerzas de seguridad en al-Husseiniya, un suburbio predominantemente chiíta en el noreste de Bagdad, informó la agencia de noticias de Kuwait (KUNA).
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