Moshé Katsav ha sido considerado culpable de dos violaciones de una ex funcionaria del Ministerio de Turismo, del que el ex presidente israelí fue titular entre 1996 y 1999.
Además, el tribunal de Distrito de Tel Aviv le ha declarado culpable de abuso y acoso sexual a dos funcionarias de la Presidencia, en la que estuvo desde 2000 a 2007.
"El testimonio de Katsav estuvo lleno de mentiras", ha dicho el panel de tres jueces en su veredicto. "Cuando una mujer dice no, es no". El expresidente siempre ha negado los cargos que se le imputaban y ahora podría recurrir la sentencia para intentar evitar lo que podría traducirse una larga condena en la cárcel. La condena máxima por violación es de 16 años en Israel.
Otros delitos menores por los que también dará cuenta son obstrucción a la justicia y acoso a testigos. En cualquier caso, se trata de una condena con una gravedad sin precedentes para un ex jefe de Gobierno israelí.
De héroe a villano
Katsav, nacido en Irán, fue admirado en su momento por haber llegado a lo más alto desde los barrios pobres de los inmigrantes judíos desfavorecidos que provenían de Oriente Medio y el Norte de África.
Katsav inmigró con su familia en 1951. A los 24 años se convirtió en el alcalde más joven del país y después ocupó varios puestos en el Gobierno del partido derechista del Likud.
El Parlamento le eligió presidente en el año 2000, cuando ganó al Nobel de la Paz Simon Peres, que más tarde le sustituiría en el cargo. Cuando estalló el escándalo sexual, tuvo que abandonar la presidencia antes de tiempo, pero él defendió que era una víctima de la extorsión y aseguraba que quería limpiar su nombre.
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