El lado menos angelical de la líder de las Pussy Riot

  • A sus 22 años Nadezhda Tolokonnikova vive una doble vida llena de contradicciones, enfrentamientos con la policía y orgías reivindicativas. Ella defiende que sólo es una estudiante de filosofía, pero las autoridades rusas aseguran que tras la inocente mirada de Nadya Tolokno, como se la conoce en el mundo del activismo político, se oculta un 'genio del mal' responsable de los actos de protesta más transgresores contra Vladimir Putin.

Ejemplar estudiante de filosofía o cabecilla de una controvertida banda punk. Madre entregada o agitadora social. ¿Quién es en realidad Nadezhda Tolokonnikova? La líder del grupo Pussy Riot, de sólo 22 años, vive una doble vida: compagina sus clases en la prestigiosa Universidad Estatal de Moscú con el activismo político radical, el cuidado de su hija de cuatro años con un largo historial de enfrentamientos con la policía y su matrimonio con el artista Pyotr Verzilov con 'performances' de alto contenido sexual.

Mientras que la opinión pública internacional ha convertido a Tolokonnikova en la abanderada de la lucha ciudadana contra el Gobierno personalista de Vladimir Putin, para las autoridades rusas tras los intensos ojos marrones y el rostro inocente de Nadya Tolokno, su nombre de guerra en los círculos 'underground' de Moscú, se oculta un 'genio del mal'.

Tolokonnikova se convirtió en la estrella emergente de la oposición rusa en 2008, después de participar junto a su marido en una orgía reivindicativa en el Museo de Biología de la capital rusa. Esta transgresora 'performance' pretendía ser un acto de protesta por la elección de Dimitri Medvedev, al que consideraban una marioneta elegida por Putin para ocupar su lugar en el Kremlin.

Por aquel entonces Nadezhda acababa de cumplir 18 años y estaba embarazada. Las fotografías de la joven practicando sexo entre consignas políticas corrieron como la espuma por internet y su alter-ego revolucionario, Nadya Tolokno, se convirtió en una musa de la lucha contra el autoritarismo de Putin.

Enfrentamientos con las autoridades

Como parte del colectivo artístico-político radical Voina (guerra, en ruso) en los últimos cuatro años ha tomado parte en diversos actos de protesta. Fue una de las integrantes del grupo que dibujó un pene gigante sobre el puente levadizo ubicado frente al cuartel general de la FSB, los servicios de inteligencia rusos, en San Petersburgo.

La detención de Nadezhda Tolokonnikova el pasado 15 de marzo junto a otras dos miembros de las Pussy Riot 2013Maria Alyojina y Yekaterina Samusevich2013 por cantar 'Madre de Dios, echa a Putin' encapuchada en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor de Moscú no es el primer problema de la activista con las autoridades.

En 2010 encabezó una protesta contra la tala de un bosque en las inmediaciones de la ciudad de Khimki, en la periferia de Moscú, y acabó esposada tras enfrentarse a agentes de seguridad privada y policías.

En otra de sus 'performances' más conocidas, realizada el año pasado, Tolokonnikova recorrió las calles de varias ciudades rusas 'asaltando' a 120 agentes de policía, solo mujeres, a las que trataba de besar en la boca por la fuerza mientras otros componentes del colectivo Voina lo grababan en vídeo.



Durante su primera comparecencia ante el tribunal que la ha condenado a dos años por vandalismo y odio religioso la activista que con ninguna de sus protestas, incluida la de la catedral moscovita, había querido ofender a nadie y que esperaba que 'puedan perdonarnos incluso quienes no nos comprenden porque lo único que queremos era mostrar nuestro deseo de un cambio político en Rusia'.

Icono de la moda

Además de musa de la oposición rusa, la belleza y los estudiados 'looks' que Tolokonnikova ha lucido en sus comparecencias públicas la han convertido en una suerte de 'pin-up' revolucionaria. Su imagen sonriente, vestida con una camiseta azul con el lema 'No pasaran' 2013popularizado por Dolores Ibárruri, La Pasionaria, durante el asedio de Madrid en la Guerra Civil2013 y el puño izquierdo en alto ha sido portada en numerosos medios de todo el mundo.

Su popularidad y su 'sexappeal' se han extendido de tal manera que incluso el director de la edición ucraniana de la Playboy le ha deseado una pronta libertad, además de aprovechar la ocasión para ofrecerle las páginas centrales de la revista para mostrar todos sus encantos.

Ese estilo combativo y sensual dio paso a otros menos contestatarios y más dulces, con camisa y diademas casi infantiles, con los que según la fiscalía a tratado de ofrecer una imagen más inocente en busca de un fallo favorable. Sin embargo, los miembros del tribunal parecen haberse fiado de la acusación, que durante el proceso la ha descrito como 'una mente criminal'.

De hecho, algunos testigos aportados por la fiscalía han asegurado que tanto Maria Alyojina como Yekaterina Samusevich eran dos jóvenes 'normales' hasta que conocieron a la líder de las Pussy Riots, momento en el que cambiaron su carácter hasta acabar acompañando encapuchadas a Tolokonnikova sobre el altar de la de la catedral de Cristo Redentor.

¿Ciudadana canadiense?

La última vuelta de tuerca del caso Pussy Riot es la supuesta ciudadanía canadiense de la cabecilla del grupo, que podría desencadenar un conflicto diplomático con Rusia. Según Yahoo! Canada News, su esposo, Pyotr Verzilov, habría vivido en Canadá y tendría doble nacionalidad, lo que le otorgaría automáticamente a su esposa el estatus de 'ciudadana' del país.

Al parecer, la conexión canadiense de Tolokonnikova estaría presionando al Gobierno de Ottawa para que intervenga. Este argumento ha sido utilizado por las autoridades rusas para tratar de probar una injerencia externa encaminada a desestabilizar a la Administración Putin.

De hecho, en el vídeo del interrogatorio a la activista difundido por el Kremlin un funcionario muestra a cámara una tarjeta de residencia canadiense en la que aparece la foto, el nombre y la fecha de nacimiento de la líder de las Pussy Riots.

En las imágenes se aprecia cómo la activista niega que sea ciudadana canadiense, aunque confirma que sí que ha visitado el país en varias ocasiones antes de asegurar que 'todavía no pienso en abandonar Rusia. Quiero quedarme para luchar'.

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Roberto Arnaz
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