El precedente de Osetia del Sur

  • La crisis de Crimea nos retrotrae al conflicto de Osetia del Sur de agosto de 2008, en el que Rusia comenzó a acumular tropas en la frontera en las semanas anteriores a la invasión de esa región separatista georgiana.

Ignacio Ortega

Simferópol (Ucrania), 3 mar.- La crisis de Crimea nos retrotrae al conflicto de Osetia del Sur de agosto de 2008, en el que Rusia comenzó a acumular tropas en la frontera en las semanas anteriores a la invasión de esa región separatista georgiana.

Durante años, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, denunció la "anexión soterrada" de Osetia y también de Abjasia a través de la concesión de la ciudadanía a la mayoría de las poblaciones de esas regiones.

Cuando el Kremlin decidió lanzar el 8 de agosto de 2008 la operación de imposición de la paz, la excusa en la que se escudó fue la defensa de sus ciudadanos -surosetas con pasaporte ruso- que estaban amenazados por los cañones georgianos.

En este caso, Moscú también ha mencionado la necesidad de garantizar la seguridad de sus compatriotas en Crimea, aunque supuestamente se refiere sólo a los rusos que viven en la base de la Flota del mar Negro en el puerto de Sebastopol.

Un portavoz del Gobierno crimeano aseguró a Efe que, según la legislación ucraniana, está prohibido tener dos pasaportes, por lo que, en principio, los rusos que viven en la península bañada por el mar Negro son exclusivamente ciudadanos ucranianos.

El Consulado General de Rusia en Crimea informó el viernes de que ha comenzado a repartir pasaportes entre los miembros del desarticulado destacamento antidisturbios de la policía ucraniana, Berkut.

No obstante, no hay constancia de que los rusos de Crimea, donde representan la mayoría de la población, hagan cola en los consulados rusos para recibir pasaportes del país vecino.

Eso sí, la Duma o cámara de diputados de Rusia ya ha expresado su intención de aprobar una ley que simplifique tanto la concesión de la ciudadanía a los ucranianos, como el proceso de anexión a Rusia de nuevos entes federados, en clara alusión a Crimea.

Según la iniciativa parlamentaria, a partir de ahora será suficiente con que un pueblo exprese su deseo de ingresar en la Federación Rusa por medio de un referéndum, por lo que ya no será necesario el beneplácito del otro Estado afectado.

Osetia del Sur fue separada de Osetia del Norte por los dirigentes soviéticos, estrategia encaminada a acallar cualquier ánimo separatista que el Kremlin aplicó en otros lugares de la conocida entonces como "Cárcel de los Pueblos".

En el caso de Crimea, ocurrió algo similar, ya que el mandatario soviético de origen ucraniano, Nikita Jruschov, decidió ceder la península a la república soviética de Ucrania en 1954, decisión que Moscú considera un agravio histórico.

Desde la Guerra de Crimea de mediados del siglo XIX, los rusos son mayoría en el territorio, habitado actualmente por unos 2 millones de personas.

Crimea fue tierra tártara durante siglos, pero desde la citada guerra contra británicos, franceses y otomanos y más aún desde la deportación estalinista tras la II Guerra Mundial, los tártaros son minoría, apenas un 12 por ciento.

Kiev siempre ha ignorado las demandas de los tártaros, que cuenta con su propia asamblea popular, pero después de que estos defendieran en los últimos días la integridad de Rusia, las nuevas autoridades ucranianas se lo pensarán dos veces.

Los surosetas no escondieron nunca sus aspiraciones separatistas y, de hecho, tras una cruenta guerra contra Tiflis de principios de los 90, se autoproclamaron independientes.

Mientras, las autoridades de Crimea aseguran que no buscan independizarse de Ucrania, sino sólo ampliar la autonomía por medio de un referéndum vinculante, aunque los tártaros creen todo lo contrario.

El plebiscito fue convocado por la Rada Suprema (Parlamento) de Crimea a puerta cerrada y mientras el edificio estaba bajo el control de un grupo de hombres armados que la prensa ucraniana vincula con Moscú.

El sábado, las autoridades de Crimea adelantaron la consulta popular al 30 de marzo y en caso de celebrarse nadie duda de que la mayoría de votantes se pronunciarán a favor de una amplia autonomía, aunque sea en el seno del Estado ucraniano.

Ahora, más de cinco años después de la guerra, Osetia del Sur es un país independiente, aunque sólo ha sido reconocido por Rusia, Venezuela, Nicaragua y otro par de pequeños Estados.

Los analistas comentan que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha estado siempre obsesionado con Ucrania y aseguran que si desaprovecha la ocasión para recuperar Crimea pasará a la historia como una oportunidad perdida para el Kremlin.

No obstante, en caso de que la actual situación desemboque en una escalada de la tensión, los éxitos diplomáticos en Siria e Irán, y la victoria propagandística de los Juegos Olímpicos de Sochi, serán papel mojado y Rusia se encontrará de nuevo aislada y enfrentada a Occidente.

La intervención en Osetia del Sur no le salió muy cara al Kremlin, pero en esta ocasión el presidente de EEUU, Barack Obama, ya ha advertido a Putin que el coste de la invasión de Crimea sería altísimo.

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