(entrevista) el fotoperiodista gervasio sánchez apoya un proyecto de naciones unidas para ayudar a palestina


El fotoperiodista Gervasio Sánchez recorrió Palestina durante el pasado mes de noviembre para plasmar cómo vive una población que lleva 65 años en situación de ocupación. La iniciativa se enmarca en el proyecto ‘Toda una vida: los derechos humanos y la población refugiada de Palestina’, una iniciativa de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa, en sus siglas en inglés), que apoya el Ayuntamiento de Zaragoza, para sensibilizar y recabar fondos para proyectos de ayuda en esa zona.
¿En qué consiste el proyecto ‘Toda una vida: los derechos humanos y la población refugiada de Palestina’?
Es una propuesta de la Unrwa (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) y del Comité Español de la Unrwa (que cuenta apoyo económico del Ayuntamiento de Zaragoza).
Nos hemos planteado hacer historias que no caigan en la idea que ya se ha visto, y está permanentemente en los medios de comunicación de que no hay solución para Palestina. Aunque yo sea pesimista, quiero encontrar en mi trabajo situaciones que me sirvan para decir que no todo se ha perdido.
Los niños palestinos son capaces de ser los mejores en concursos internacionales de matemáticas, o pueden presentar un coche de fórmula uno en un festival internacional, habiéndolo hecho en Palestina en momentos de gran bloqueo. Son historias de gran fortaleza mental y visual, que sorprende que puedan ocurrir en situaciones tan difíciles.
En Gaza por la noche no hay luz, funcionan con generadores y solo tienen seis horas al día de energía. Estudiar en esas condiciones, en casas en donde hay un montón de críos, hace casi heroico que puedas ser un alumno sobresaliente, y es importante reflejar que, a pesar de todo lo que está ocurriendo, hay gente dispuesta a ser un gran ciudadano, es un contrapunto positivo al conflicto.

Este proyecto también pretende elaborar un informe sobre derechos humanos y materiales educativos para alumnos españoles. ¿Qué imagen cree que se tiene de este conflicto en España y en el ámbito internacional?
Cuando duran décadas, las imágenes que aparecen en los medios de comunicación de los conflictos pueden resultar reiterativas y el público acaba alejándose de ellos. Desde 1948, la situación aquí es complicada. Este año se han cumplido 65 años desde que los palestinos fueran expulsados de sus aldeas.
Ahora es el momento en el que Naciones Unidas necesita más ayuda económica para sus proyectos en Palestina que nunca porque la situación es de máxima emergencia, debido al recorte de los fondos de la UNRWA que les está obligando a abandonar programas. Esto es gravísimo, teniendo en cuenta que los niños palestinos ya están recibiendo menos comida y en los colegios es más difícil tener profesores. La población palestina, refugiada y no refugiada, depende cada vez más de la ayuda internacional.

A lo largo de estos años, usted ha retratado el conflicto palestino-israelí en numerosas ocasiones. ¿Cómo ha visto evolucionar la situación?
Vine a Palestina por primera vez en septiembre de 1982 coincidiendo con la guerra del Líbano y la matanza del campo de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, y también estuve en Israel, Cisjordania y Gaza. Era una época en la que había una situación de ocupación por parte del Estado de Israel, pero no las restricciones que hay ahora, había bastante libertad de movimiento a pesar del conflicto. Las cosas se han complicado a partir de la Primera Intifada –el primer levantamiento palestino de 1987– y la primera Guerra del Golfo en 1990-1991, con la invasión de Sadam Hussein de Kuwait. Sin embargo, después de la guerra, cuando la coalición internacional expulsó a los iraquíes de ese país, empezó en Palestina un proceso de paz con la Conferencia de Madrid y, posteriormente, con otros acuerdos internacionales. En 1992-1993 parecía que esta zona iba a pacificarse con el paso del tiempo. Sin embargo, las cosas se complicaron de nuevo con los acuerdos de Oslo de 1993 y coincidiendo con la Segunda Intifada la situación se ha agravado en las dos últimas décadas. Un punto de nuevo enturbiamiento de la relaciones entre Israel y los territorios ocupados de Palestina, lo que es Cisjordania y Gaza, fue el triunfo de Hamas en las elecciones de abril de 2006, cuando ganó por mayoría absoluta Gaza, donde ahora gobierna. Eso ha hecho que el bloqueo sea mucho mayor.

¿En su opinión, es posible una salida pacífica para este conflicto?
Me gustaría decir lo contrario, pero desde principios de los 90 he venido muchas veces y siempre he visto la situación más complicada, tanto para la población refugiada como para la local, porque en Palestina hay refugiados, personas que han sido desplazadas de otros lugares y personas que vivían aquí y siguen haciéndolo en el mismo sitio, pero ahora son zonas ocupadas. La situación es gravísima. Además después del golpe a los Hermanos Musulmanes se han bloqueado los túneles con los que se relacionaba Gaza con Egipto, lo que también ha complicado mucho el abastecimiento a un territorio donde viven 1.700.000 personas en un espacio muy reducido: 40 kilómetros de largo por 8 de ancho.

¿A qué atribuye que la situación se haya agravado tanto en Palestina?
La última vez que estuve en Israel y Palestina fue en 2006, cuando las elecciones generales israelíes y palestinas, y he visto al volver que, sobre todo en Jerusalén Este y Cisjordania, las colonias han crecido de una manera impresionante en apenas siete años y los planes del Gobierno de Israel es que sigan creciendo. Si esto nadie lo arregla, colonizar es eternizar el conflicto, porque los colonos que vayan ocupando tierras que supuestamente pertenecerían a un futuro Estado palestino no se van a marchar de ahí cuando llegue la hora de pactar un acuerdo de paz. Cada casa que se está haciendo en territorios ocupados incrementa la tensión entre Israel y Palestina, y perjudica o imposibilita una salida negociada del conflicto.
En estos momentos hay zonas de Cisjordania que son similares a los bantustanes de Sudáfrica durante el apartheid. Aquí hay un apartheid también, en el que los palestinos están condenados a no salir de sus territorios y donde la presión israelí, cerrando ciudades y colocando muros, es cada vez más insostenible. En cualquier momento puede haber un estallido social entre los palestinos, porque ahora mismo la situación económica es muy mala.
Yo creo que la comunidad europea y EEUU tienen peso para presionar y poner fin a la colonización porque se sigue colonizando y sigue habiendo planes de colonización. Esto es gravísimo, ya que hace que la zona palestina se vaya reduciendo.

50 AÑOS ENSEÑANDO A NIÑOS CIEGOS EN GAZA

En su viaje a Palestina en el marco del proyecto ‘Toda una vida: los derechos humanos y la población refugiada de Palestina’, Gervasio Sánchez tuvo ocasión de conocer el Centre for the Visually Impaired (Centro para las personas con discapacidad visual, RCVI, por sus siglas en inglés).
Es un colegio que gestiona Unrwa en Gaza que el año pasado celebró el 50 aniversario de su labor de enseñanza a alumnos ciegos.
“Es de los centros más serios que he visto de personas con discapacidad, no solo en Gaza sino en todo Oriente Medio, diría”, subraya el fotoperiodista.
“Esta visita ha sido una de las cosas más emocionantes que he vivido en Gaza. Los 50 profesores de RCVI se parten la vida porque los niños mejoren su situación, a pesar de la falta de medios.
Hemos visto instrumentos que en España serían antediluvianos, pero aquí no pueden incorporar las adaptaciones para leer y para los ordenadores más recientes porque no se lo pueden permitir y los profesores tampoco tienen permiso para salir de Gaza para recibir la formación necesaria para poder utilizarlas”, lamenta el reportero.
La escasez de recursos es tal que no pueden arreglar la máquina que tienen para pasar al braille los libros que necesitan sus alumnos para estudiar, que se averió hace tiempo.
“El RCVI tiene un plan de trabajo con 138 estudiantes de 6 a 12 años, ciegos o con deficiencia visual muy importante, y hace el seguimiento de otros 310 alumnos a partir de los 12 años que están en integración en otros colegios públicos, privados o de Naciones Unidas”, explica Sánchez.
El centro también está intentando crear una guardería para niños de 4 a 6 años con esa discapacidad.
El 60 por ciento de los alumnos del RCVI viven en situación de pobreza, ya que son hijos de familias de refugiados palestinos que fueron expulsados hace décadas de sus tierras.

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