La nueva ruta del hachís cruza España y llega a la Yihad para financiar al EI

  • Los terroristas, cada vez más mermados en Siria, utilizan un trayecto que parte de Marruecos y termina en ese país. Usan el hachís como intercambio para comprar armas.

    En el itinerario aparece Melilla como ciudad clave para coordinar las operaciones. Europol ha decidido intervenir directamente en el asunto y mantuvo reuniones en Madrid y Roma.

Este barco con bandera de Tanzania fue interceptado con más de dos toneladas de hachís en el Mediterráneo.
Este barco con bandera de Tanzania fue interceptado con más de dos toneladas de hachís en el Mediterráneo.
Diego Caldentey

Se la ha comenzado a conocer en la jerga policial como la 'Ruta del Mediterráneo oriental'. Sus primeros indicios asomaron a finales del 2013, cuando las fuerzas de seguridad francesas, italianas y españolas comenzaron a capturar embarcaciones, principalmente turcas, que transportaban droga con destino a Libia y Siria.

Pero en el último año y medio existen evidencias que los narcotraficantes marroquíes han comenzado a entrelazar su negocio con el terrorismo internacional, al haberse detectado una nueva ruta del hachís para el transporte de esta sustancia. El destino final es la Yihad, y de su circuito ilegal se nutren y financian nada menos que los terroristas de Estado Islámico (EI).

Europol ha decidido intervenir directamente en el asunto. Según informa La Vanguardia, en los últimos meses se han realizado reuniones con las máximas autoridades de  las divisiones contra el narcotráfico en Roma, Madrid y Rabat.

Las incautaciones en alta mar son elocuentes: existe un nuevo itinerario de la droga cuyo destino final es Oriente medio. Pero detrás de estas operaciones se escondería un plan estratégico de financiación ilegal de organizaciones yihadistas.

Ahora que el poder de EI ha comenzado a mermar, más que nunca requieren de financiación para mantener su estructura. El tráfico de drogas, por más que no responda a sus preceptos religiosos, es una de las opciones que los yihadistas contemplan y han comenzado a aplicar para obtener fondos.

En este entramado, Libia es el primer gran receptor del hachís que se traslada por barco. Europol tiene indicios concretos de que EI y otras milicias yihadistas están utilizando el hachís como medio de pago o intercambio para comprar armas.

El mencionado país reúne todas las condiciones para ser el receptor del hachís transportado por los traficantes marroquíes, que introducen las sustancias vía Mediterráneo. En Libia impera el caos, ya que carece con una organización y estructura estatal acorde para intentar desbaratar el desembarco y almacenamiento del hachís.

Pero ese el primer eslabón de una cadena que deriva a Siria y se mete en el corazón de los territorios aún controlados por Estado Islámico. El segundo eslabón en la cadena es el país donde nuevamente se ha roto la tregua.

No obstante, entre el país de origen del hachís y el receptor final, hay un enorme conglomerado de actores que incluye transportistas, comisionistas e intermediarios, entre otros. Los mayoristas del hachís marroquíes cobran primero anticipos cuantiosos por los envíos. Los comisionistas son quienes se ponen en contacto con los propietarios de la mercancía y después resultan el nexo perfecto con aquellos que tienen barcos dispuestos a hacer este tipo de traslados.

Finalmente aparece Dubái como destino final del dinero en metálico (no de las drogas en sí). Las ganancias de esta nueva ruta del hachís van a parar allí. Se trata de un destino conocido por los investigadores internacionales contra el crimen organizado o el terrorismo. En el Emirato es más que simple blanquear el dinero, o 'moverlo' sin dejar rastros.Melilla, punto clave en el itinerario

Por otra parte, en el itinerario de la droga aparecen dos ciudades claves y destacadas. Una es española: Melilla. La otra es la marroquí Nador. En estos puntos se planea desde el comienzo al final el trayecto y las fases de la ruta del hachís que termina en la Yihad.

Sobran los antecedentes recientes de casos de mercantes que transportaban droga hacia destino que antes ni aparecian en los planes de los traficantes. Hace dos años, un mercante de bandera de Tanzania fue interceptado por las autoridades marroquíes en respuesta a una investigación de un juzgado alicantino. Llevaba dos toneladas de hachís.

Un mes después, otro mercante llegó hasta Cartagena. Zarpó de un puerto marroquí con destino a Malta, con media tonelada de hachís. También destaca el caso del buque Munzur, interceptado por la Guarda de Finanza italiana en la llamada operación Libia, donde se incautaron trece toneladas de hachís y se detuvo a 12 sospechosos.

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