Encarcelan a la pareja de hermanos que estranguló a dos de sus seis hijos

  • Sarah Barrass y Brandon Machin, que mantenían una relación incestuosa, intentaron matar a los otros cuatro niños por temor a perder su custodia
Policía británica
Policía británica

Sarah Barrass, de 35 años, y su medio hermano y pareja sentimental, Brandon Machin, de 39, estrangularon hasta la muerte a dos de sus seis hijos por temor a que los servicios sociales les retirasen la custodia. Además, la pareja trató de acabar con los otros cuatro niños a su cargo. Este martes, la Justicia británica ha condenado a ambos a la cadena perpetua con una pena mínima de 35 años de cárcel.

Durante el juicio la fiscal, Kama Melly, explicó a la corte de Sheffield que Barrass era medio hermana de Machin ya que ambos compartían la misma madre, a pesar de su relación sexual. Hasta que se descubrieron los asesinatos en 2019, la mujer había vivido con sus seis hijos en un barrio donde todos los vecinos pensaban que era una madre soltera con un hermano muy implicado en la crianza de sus sobrinos.

Los mismos niños aseguraron a la Policía que no conocían a su padre, ya que "su padre había muerto, ya que había muerto en la segunda guerra mundial", aseguró Melly durante la vista tal y como ha recogido el periódico británico 'The Guardian'.

El 23 de mayo, los acusados reunieron tabletas de la casa de Barrass y las dividieron entre los cuatro hijos mayores, esperando que murieran. Melly agregó: "Decidieron que los niños estaban mejor muertos que cuidados". Algo que Machin corroboró en el juicio cuando declaró: "Yo les di la vida y se la podía quitar".

Las claves del infanticidio

Los dos hermanos mayores, Tristan de 13 años y Blake Barrass de 14, fueron asesinados por sus padres en una propiedad en el área de Shiregreen de Sheffield el 24 de mayo. Ambos murieron después de ser estrangulados por la pareja que, para cerciorarse de su fallecimiento, colocó sobre la cabeza de los menores dos bolsas de basura.

En los días previos al infanticidio, Sarah y Brandon barruntaban el crimen pues, según Melly, "habían decidido que los niños estarían mejor muertos que bajo los servicios sociales". Así, los progenitores obligaron a los cuatro hijos mayores a consumir medicamentos empleados para combatir el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Cuando estas no funcionaron, decidieron pasar a la acción: asfixia, estrangulamiento y ahogamiento.

Tras acabar con Tristan y Blake, la pareja intentó ahogar al más pequeño en la bañera de la casa. Después de eso, la madre llamó a la Policía y se encerró con los menores supervivientes en una habitación donde  los hallaron los agentes.

Mostrar comentarios