La Agencia Espacial Europea invertirá 14.400 millones... para llegar a la Luna

La idea de la 'Lunar Gateway' es servir de parada de autobús para las misiones. /NASA
La idea de la 'Lunar Gateway' es servir de parada de autobús para las misiones. /NASA
La idea de la 'Lunar Gateway' es servir de parada de autobús para las misiones. /NASA
La idea de la 'Lunar Gateway' es servir de parada de autobús para las misiones. /NASA

La Agencia Espacial Europea (ESA) invertirá en los próximos cinco años 14.400 millones de euros en distintos programas, entre ellos uno en cooperación con la NASA para volver a la Luna, otro para recoger muestras de Marte y traerlas a Tierra y para tener acceso propio al espacio con cohetes europeos.

Así lo ha decidido el máximo órgano de la ESA, su Consejo Ministerial, reunido durante dos días en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes); han acudido delegaciones de los 22 estados miembros de la Agencia, además de observadores de la Unión Europea.

El principal responsable de la ESA, Jan Wörner, ha mostrado su satisfacción por la cifra final aprobada, una cuantía total algo superior a lo que la ESA había pedido inicialmente a los países -14.300 millones-, gracias a que Alemania, el mayor contribuyente de la Agencia, en el último momento ha anunciado importantes inversiones.

Desviar asteroides

De este presupuesto, la inversión que se prevé para los próximos tres años es de 12.500 millones de euros pero siempre se aprueba un presupuesto a cinco años -esos 14.400 millones- por si no se celebra otra ministerial en tres años. Esta vez, ha afirmado el director general de la ESA, no hay ningún programa que haya tenido que pararse, como en la ministerial anterior de 2016 en Suiza, en referencia a la misión AIM.

Esta iba a formar parte de una más grande con la NASA para desviar asteroides y en esta reunión se Sevilla se ha aprobado la nueva versión de AIM, simplificada y más barata, que se llama Hera. Uno de los programas que sumará mayor inversión es el de observación de la Tierra, un total de 2.541 millones de euros, y se han decidido nuevas misiones para, por ejemplo, monitorear el Ártico.

En concreto, el programa Copérnico de "vigilancia" terrestre, en colaboración con la Comisión Europea, ha conseguido 1.803 millones, un 29% más de lo inicialmente previsto. Para el director del programa de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher, esto es "una señal importante para Europa, para la que el cambio climático es una prioridad absoluta. Tenemos que mejorar nuestra huella ecológica y reducir las emisiones de CO2, y Space19+ (como se ha llamado a esta ministerial) ha dado los pasos acertados".

Otra partida importante se irá al programa de exploración (humana y robótica), con 1.953 millones de euros, de los que un cuarto se destinarán a misiones lunares, entre ellas la Lunar Gateway de la NASA. Se trata de una estación espacial permanente que orbitará la Luna y que servirá de punto de partida para viajes interplanetarios o viajes a la Luna, una especie de "parada de autobús" que será clave si los astronautas quieren aterrizar en el satélite terrestre.

La ESA ya está produciendo el Módulo de Servicio Europeo, que formará parte de la cápsula tripulada Orion de la NASA. La otra es la misión no tripulada "Lunar Resource Lander", donde la tecnología europea alcanzará la superficie lunar.

El planeta rojo

Marte ha sido otro de los temas que han estado encima de la mesa; en este caso una misión para traer muestras de su superficie. Es uno de los siguientes pasos en el planeta rojo, pero no es tarea fácil, ya que hay que desarrollar el transporte -se necesitarán varias misiones desde la Tierra y el lanzamiento de un cohete desde Marte y una nave que las traiga de vuelta- y construir en nuestro planeta un laboratorio para protegerlas y examinarlas.

En cuanto a la seguridad planetaria, que ha recibido una cuantía menor a lo solicitado, la ESA ha acordado, entre otros, apoyar misiones para reducir la basura espacial. Y es que desde que comentó en 1957 la era espacial con el lanzamiento del satélite ruso Sputnik 1, la basura no ha parado de crecer: se calcula que hay unos 30.000 objetos más grandes que una naranja y 750.000 con un tamaño de uno a diez centímetros, además de millones de milimétricos.

Esta red de deshechos, en cualquiera de sus tamaños, podría causar daños a una nave espacial operativa, de ahí la necesidad de buscar soluciones. También en el apartado de seguridad no ha conseguido "el apoyo pleno" Lagrange, una misión de alerta solar, aunque no quiere decir que se haya retirado.

Los países de la ESA también han acordado seguir en la Estación Espacial Internacional y un conjunto integral de programas para garantizar el acceso y el uso independiente del espacio, dando prioridad a los lanzadores europeos Ariane 6 y Vega C.

Asimismo, se ha dado luz verde a varios programas para avanzar en la compresión de la física básica: se ha decidido aumentar también de forma significativa la financiación del programa científico, permitiendo que el primer detector de ondas gravitacionales (LISA) vuele junto a la misión del agujero negro Athena.

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