La fiebre de las vacas y los cerdos se apodera de las dos Coreas

  • El peor brote de fiebre aftosa que haya afectado jamás a la península de Corea continúa desafiando en el sur todas las medidas de control, mientras que en el norte está dejando sin una fuente vital de alimento a un país ya de por si famélico.
La fiebre de las vacas y los cerdos se apodera de las dos Coreas
La fiebre de las vacas y los cerdos se apodera de las dos Coreas
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Donald Kirk SEOUL, South Korea — GlobalPost

Cada día, miles de vacas y cerdos a lo largo de Corea del Norte y del Sur contraen la enfermedad viral altamente contagiosa, que se caracteriza por provocar fiebre y ampollas en la boca y las pezuñas de los animales. La mayor parte de los enfermos se recuperan, pero la enfermedad les deja débiles y con capacidad para contagiar el mal a otros animales.

En un intento de erradicar la enfermedad antes de que el virus alcance proporciones incontrolables, las autoridades tanto del norte como del sur han procedido a sacrificar millones de animales contagiados. Pero lejos de resolver el problema, las matanzas masivas han causado aún más preocupación en las dos naciones. En Corea del Sur el temor es que la temporada de lluvias del verano extienda aún más la enfermedad, mientras que en Corea del Norte la gente está más preocupada por la escasez de alimentos durante este invierno, el más duro en muchos años.

"Nadie se imaginaba que ocurriría algo así", asegura Ahn Seung-dae, del Centro de Enfermedades Central del gobierno surcoreano.

En Corea del Sur, en donde la fiebre aftosa ya ha obligado a sacrificar a más de tres millones de cerdos y 150.000 vacas desde que se detectó el brote en noviembre, la preocupación aumenta a medida que se va acercando la temporada de lluvias. El temor es que la enfermedad se extienda a partir de los millones de cadáveres que están enterrados en 4.400 fosas, ya que el agua se podrá colar a través de la tierra a arroyos y ríos.

"Me preocupa la temporada de lluvias", admite Song Dae-suk, un veterinario del Instituto coreano de Biociencia y Biotecnología. "Creemos que el problema en Corea del Norte podría ser mucho peor. El nivel de vida allí es muy bajo y la higiene no es buena", añade.

La enfermedad añade urgencia a las peticiones de ayuda realizadas por Corea del Norte a los gobiernos extranjeros. El virus afecta a animales que la gente necesita desesperadamente para comer, privando además a los campesinos de unos elementos vitales para arar los campos y transportar las cosechas.

Corea del Norte mantiene en cuarentena algunas granjas y ha sacrificado los animales enfermos, aunque no hay todavía datos exactos sobre la extensión real del brote y el número de víctimas.La fiebre aftosa no se contagia a las personas, explica el veterinario Song, pero sí se puede transmitir a través de la ropa y de los excrementos humanos a los animales. "Y si cocinamos ternera o cerdo infectado, la velocidad del contagio aún es mayor", dice.

Estos detalles tienen poco significado en Corea del Norte, sin embargo, en donde supuestamente hay tanta gente hambrienta que preferirían comer animales enfermos a no comer nada en absoluto. "La gente se come cualquier cosa, por desesperación", declaró a una radio de Seúl una mujer norcoreana que ha huido a China. "La carne es carne", dijo.

Las autoridades de Corea del Sur dicen que no han visto un gran impacto del brote en el consumo de ternera. Tan sólo el 5 por ciento de todas las vacas en el país han sido sacrificadas, aseguran, y ese no es un porcentaje que pueda influir en el aumento de los precios. La población acusa no obstante a las autoridades de haber esperado demasiado para vacunar al ganado tras ser detectado el brote a finales de noviembre.

Según Ahn Seung-dae, un motivo por el que tardaron fue porque los científicos del Ministerio de Alimentos y Agricultura "no estaban seguros del efecto de la vacuna". "Al principio sacrificamos a todos los animales" de las granjas afectadas, no sólo los enfermos, asegura. Después, a finales de diciembre, comenzaron a vacunar a los animales saludables. Ahora, explica, "sólo sacrificamos animales infectados". Song Dae-suk advierte que "la protección es del 80 por ciento".

En Corea del Sur, añade Song, al principio se creía que los vehículos que transportaban alimento para el ganado eran los que transmitían la enfermedad entre las provincias. Después, fueron los propios veterinarios los que sin saberlo extendieron la enfermedad pese a utilizar material de protección cuando iban a ver los animales. También se cree que los representantes de las compañías farmacéuticas han contribuido a extender la fiebre aftosa al llevar medicinas a los granjeros para combatir el mal.

El motivo por el que la fiebre aftosa es más virulenta este año que en ocasiones anteriores sigue siendo un misterio. La epidemia de este año es con diferencia la más grave que ha padecido Corea del Sur. El número de animales muertos es la mayor desde 2002, cuando se tuvieron que sacrificar 160.000 animales.

Song cree que turistas y trabajadores inmigrantes de China y Vietnam han sido el origen del brote de este año. También se cree que la enfermedad ha llegado a la península a través de norcoreanos que han viajado a China, a menudo de manera clandestina, y han estado viviendo y trabajando en granjas cerca de las fronteras de los ríos Yalu y Tumen

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