La guerra en Afganistán registró en 2018 la cifra de muertes civiles más altas desde que Naciones Unidas comenzara a hacer un recuento de víctimas en 2009, al registrar un total 3.804 víctimas mortales, un 11% más que en 2017, según un informe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas (UNAMA) y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Entre los muertos había al menos 927 niños, lo que representa el 25% del total de muertes de civiles, según el informe, que detalla también al menos 7.189 heridos.
De estas cifras, el informe atribuye el 37% de las víctimas a los talibán, un 7 % menos que en 2017. Sin embargo, las bajas civiles atribuidas a Estado Islámico se han duplicado en 2018 hasta llegar a cerca del 25%.
"El nivel de daño y sufrimiento causado a los civiles en Afganistán resulta muy preocupante y completamente inaceptable", afirmó el jefe de la UNAMA, Tadamichi Yamamoto, en el informe, que a diferencia de otros años fue difundido únicamente en internet.
El informe atribuye a las fuerzas del Gobierno afgano y aliados - incluyendo la coalición internacional liderada por EEUU - el 24% de todos los civiles fallecidos o heridos en 2018, según la ONU, que destaca además que 2018 se trata del quinto año consecutivo con más de 10.000 víctimas civiles, contando muertos y heridos.
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