La lucha contra las presas chinas continúa

  • China sigue levantando unas conflictivas presas en el río Mekong, uno de los más caudalosos del país. Ya lleva tres y continúa con otras a la vista. La ONU y varias organizaciones internacionales denuncian que el abuso de estas construcciones amenazan el ecosistema, pero el Gobierno de Wen Jia Bao argumenta que son infraestructuras necesarias para proporcionar suministro eléctrico a sus conciudadanos. De momento, otro gran río de China -el Nu o Salween- se ha librado con el argumento de proteger la gran riqueza medioambiental que posee la región y gracias a la presión internacional. Pero puede que le toque pronto.
La Garganta del Salto del Tigre en el río Yangtsé
La Garganta del Salto del Tigre en el río Yangtsé
Croquant
Mitch Moxley | GlobalPost

(QIUNATONG, China). El río Nu fluye desde las tierras altas tibetanas a través de Yunnan, pasando entre dos cordilleras, antes de atravesar Birmania para desembocar en el mar de Andamán. Hogar de un tercio de los grupos étnicos del país, en la región hay comunidades de origen nu, de tibetanos y de lisu de tradición católica.

El río Nu atraviesa una de las regiones más remotas y fascinantes de China, con un paisaje incomparable y un ecosistema diverso de 7.000 variedades de plantas y 80 especies de animales raros o en vías de extinción.Es además uno de los dos únicos grandes ríos de China que todavía no tienen presas. Pero puede que eso no dure demasiado.

En 2003 un consorcio de compañías eléctricas propuso la construcción de 13 presas a lo largo del Nu (el nombre significa "enfadado", refiriéndose a la crecida del río en primavera), lo que produciría más electricidad que la presa de las Tres Gargantas. El proyecto ha logrado unir en su contra al naciente movimiento medioambiental de China, que ha lanzado una campaña para mantener libre el caudal del Nu.

La prensa nacional e internacional se hico eco de la historia y en 2004 el primer ministro Wen Jiabao ordenó paralizar el proyecto y pidió una evaluación medioambiental, lo que supuso una victoria crucial para el ecologismo chino. Pero esa victoria duró poco. La evaluación de impacto nunca se hizo pública, porque como el Nu es un río internacional (conocido fuera de China como el Salween), los planes de desarrollo se consideran secreto de Estado.

El proyecto fue posteriormente reducido de 13 presas a cuatro, y los trabajos preliminares siguieron adelante pese a la orden de Wen. En marzo de 2008 una comisión estatal publicó su plan quinquenal de desarrollo energético, en el que figuran las presas del Nu como elementos clave.En la actualidad ya está casi terminada la construcción de una pequeña presa en un afluente del Nu, justo al sur de la área de los "Tres ríos paralelos", declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En 2007 los residentes de Xiaoshaba, un pueblo de unas 120 familias que vivían en la zona alta del caudal, cerca de Liuku, fueron reubicadas en casas nuevas para dejarle espacio a la nueva planta hidroeléctrica. Mientras tanto, al sur, en Birmania, se prevé que una presa en fase de proyecto producirá energía del río Salween que será posteriormente vendida a China.

En mayo del pasado año Wen Jiabao volvió de nuevo a paralizar el proyecto hasta que esté terminada una evaluación de impacto ambiental. Pero los observadores dicen que cuando el primer ministro de 67 años abandone el poder en 2012, los trabajos se reanudarán.

Aunque los medioambientalistas continúan firmemente opuestos a la construcción de presas en el Nu, el debate tiene muchos matices. China está hambrienta de energía, y el 80 por ciento del suministro energético del país procede actualmente de centrales de carbón contaminantes.

La energía hidroeléctrica, que suma tan sólo el 15 por ciento de la energía de China, se entiende como una alternativa más limpia, aunque controvertida.Las presas en proyecto podrían aportar muchos puestos de trabajo en una zona deprimida como la de Nu. Además, el gobierno local ha calculado que un 20 por ciento de los habitantes de la región no tienen suministro eléctrico, lo que se podría solucionar con las presas.

En Xiaoshaba, el pueblo creado fundamentalmente con habitantes reubicados (en gran parte de la etnia lisu), aseguran que están en general contentos con sus nuevas viviendas, unas espaciosas casas de dos pisos a unos cuantos kilómetros de sus viejos hogares.

"El viejo pueblo y el nuevo son más o menos lo mismo", dice Li Yu Xin, una conductor de microbus de 40 años que recibe una subsidio por ese traslado de 88 euros, además de la nueva casa. "El único problema es que no podemos tener animales. No hay sitio para ellos. Pero me gusta mucho la nueva casa", asegura.

Río arriba, un guía de montaña tibetano no está tan seguro de los beneficios de crear las presas en el Nu. Este hombre, que no ha querido dar su nombre por miedo a las represalias, lleva cinco años guardando material para lo que espera que sea finalmente, dentro de otros tres lustros, un documental narrando el impacto de las presas."La gente es cada vez más consciente de los cambios que producirán las presas, y saben que no son buenos", dice. "Me preocupa cómo vamos a conseguir que estos pueblos sobrevivan".

La cultura local se verá sensiblemente afectada si el proyecto sigue adelante, asegura Wang Yongchen, periodista y cofundador de la ONG con sede en Pekín Green Earth Volunteers, un grupo que estuvo muy implicado en las primeras acciones para salvar al Nu.

Muchos aldeanos han sido trasladados desde sus casas tradicionales a las ciudades cercanas al río. Cerca de Liuku, por ejemplo, está previsto que desaparezca una zona utilizada tradicionalmente para bañarse en el río."Si se ponen presas en el río, su cultura, su tradición, desaparecerá", advierte Wang.

Quienes se oponen a las presas esperan que las campañas de concienciación sirvan para sumar a su causa al cada vez mayor número de chinos sensibilizados con el medio ambiente, para que pidan a su Gobierno que proteja al Nu y otras áreas similares.

Travis Winn, un estadounidense cofundador del China Rivers Project, una organización sin ánimo de lucro que intenta preservar los ríos de China, organiza salidas en rafting por el Nu con políticos o chinos acaudalados que pueden influir en la toma de decisiones."La ciencia está ahí, y las presas no tienen mucho sentido. Pero a no ser que se adopte un planteamiento más personal en este tema, la ciencia no servirá de mucho. Esto es lo que intentamos hacer: establecer una conexión personal con el río".

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