La propaganda rusa ya tiene un competidor

  • Una pequeña televisión por satélite de Georgia está preparada para competir contra los grandes medios rusos. Afirman que no son anti-rusos ni tienen nada contra su historia o cultura. Sólo quieren dar un versión objetiva de la actualidad.
La propaganda rusa ya tiene un competidor
La propaganda rusa ya tiene un competidor
lainformacion.com
Miriam Elder, Tbilisi (Georgia) | GlobalPost

Escondido en el lateral de una de las calles principales de Tiblisi (Georgia) se alza un edificio de cinco plantas, en cuyo patio pasan el rato jóvenes periodistas que hablan y fuman una tarde lluviosa. Dentro hay un pequeño estudio con tres decorados (para noticias, deportes y programas de entrevistas) y dos plantas dedicadas a la redacción y a la administración.

La PIK (Perviy Informatsioniy Kavkazkiy) es una pequeña compañía de televisión por satélite con un gran objetivo: acabar con el dominio de Moscú en las noticias en ruso.

"No somos un canal anti ruso", dice Rob Parsons, el británico que dirige la joven cadena. "No tenemos nada en contra de los rusos, la cultura rusa, su historia o cualquier otra cosa". Lo que quieren, asegura, "es presentar un retrato honesto de este país a la gente que tiene hambre de información".

Las relaciones bilaterales se han ido enfriando progresivamente desde la Revolución de las Rosas de 2003, que acabó con un Gobierno en Georgia integrado fundamentalmente por políticos pro soviéticos en favor de uno joven y pro occidental liderado por el presidente Mijeíl Saakashvili. Posteriormente, la guerra de 2008 por la república separatista de Osetia del Sur provocó la ruptura de relaciones diplomáticas.

Los enfrentamientos entre ambos países siguen siendo algo habitual, bien por temas de envergadura (como que Georgia acusa a Rusia de colocar bombas en su territorio) o mundanas (hace poco el ministro de Asuntos Exteriores de Georgia dijo que nadie debe de referirse a su país utilizando su nombre en ruso, Gruziya).

El presidente Saakashvili conoce bien el poder de los medios. El apoyo del principal canal de televisión de su país (Rustavi 2) le catapultó al poder, y el amplio acceso que dio a los periodistas occidentales durante la guerra de Osetia también ha jugado a su favor.

Lanzado el pasado enero, PIK tiene 275 empleados. Parsons, que visitó Georgia por primera vez en 1980 para hacer una investigación para su doctorado, fue durante casi una década el hombre de la BBC en Moscú antes de unirse a Radio Free Europe. Posteriormente fue director de Relaciones Internacionales de France24, en París, otro canal al que se sumó cuando empezaba a rodar.

PIK tiene oficinas actualmente en Moscú, Kiev, Bakú, Estambul y Washington entre otras ciudades, y está planteándose abrir otra en Teherán. La cadena está financiada totalmente por el organismo de la radiotelevisión pública georgiana.

"Somos como los demás canales internacionales del mundo que quieren ser objetivos, honestos y neutrales, pero también, en otra medida, un brazo diplomático de sus países", afirma Parsons. Ese es el motivo por el que PIK llega por satélite a algunas regiones selectas, como la problemática región rusa de Cáucaso del Norte.

Georgia comparte frontera con dos de las docenas de repúblicas del Cáucaso, Daguestán y Chechenia.

"La percepción de Georgia en Cáucaso del Norte ha sido en conjunto negativa", dice Parsons, porque a la gente que vive allí sólo les llegaba hasta hace poco lo que emiten los medios rusos.

El planteamiento de PIK es en parte regional. El canal también se centra en Irán y Turquía, porque según Parsons "Georgia y el Cáucaso han formado parte durante mucho tiempo de un mundo que incluía a Turquía e Irán, hasta que recientemente cayeron en la esfera rusa".

Pero la estrategia de la cadena va más allá. Su enfoque en Cáucaso del Norte también es producto de una idea que prevalece en Georgia, y es que un día en un futuro no muy lejano Rusia perderá esa región, o bien mediante una revuelta violenta o porque simplemente se dará cuenta de que le resulta muy caro mantenerla.

"Para Georgia es extremadamente importante tener una relación constructiva con Cáucaso del Norte, basado en la información", señala Parsons. Después añade, como si fuese lo más normal del mundo: "Si, en el futuro, Rusia se divide, a Georgia no le interesa tener malas relaciones con la gente de Cáucaso del Norte".

En realidad se trata de una estrategia gubernamental, en la que se podrían integrar los comentarios de altos cargos que relacionan el norte y el sur del Cáucaso (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) y también la reciente decisión de Georgia de no exigir visado a los habitantes de Cáucaso del Norte.

De momento, la audiencia del nuevo canal es pequeña. Las estadísticas de las televisiones por satélite son muy difíciles de ajustar, pero su página web recibe al día unas 15.000 visitas únicas, y prácticamente la mitad son de Rusia.

"Nuestro principal objetivo no es contrarrestar la propaganda rusa. Estamos ofreciendo una imagen más honesta de este país", dice su director.

Rusia ha tomado buena nota. Una versión anterior de PIK lanzada el año pasado apenas logró emitir, al perder su licencia de satélite a los pocos días de estrenarse. Se la arrebató pagando más el grupo Gazprom Media, subsidiaria del gigante energético, que tiene grandes intereses en los medios rusos. Además, el corresponsal del canal en Moscú fue detenido el mes pasado por trabajar sin acreditación, un documento enormemente difícil de conseguir cuando al Kremlin le interesa que así sea.

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