Los federales irrumpen en casa de 'la abuelita de la muerte'

  • Según las leyes del Estado de California, la abuela no incumple la ley vendiendo sus famosos kits de suicidio, ya que la anciana no está presente nunca en el momento del acto.
lainformacion.com

Los Federales han irrumpido y registrado la casa de 'la abuelita de la muerte' requisando sus famosos Kits de suicidio. Sharlotte Hydorn, está en el punto de mira de la opinión pública estadounidense tras saltar a la fama hace unos meses después de que un ciudadano de Oregón de 29 años se quitara la vida con uno de sus kits.

Según publica la CBS,  pese a la irrupción de la policía, que investiga el caso contra Hydorn, las leyes del Estado de California consideran que vender los kits no incumple la ley ya que la anciana no está presente nunca en el momento del suicidio.

La familia de la víctima ha decidido tomar medidas contra la abuelita y las autoridades también se encuentran investigando el caso, lo que ha llevado a los Federales a registrar la casa de Sharlotte y llevarse  todos los kits de suicidio de la misma.

Con su negocio de envío de muerte a domicilio, Hydorn ha facturado cerca de 100.000 dólares durante el último año. De momento, ya ha vendido más de 1.600 kits de suicidio, y está convencida de que serán muchos más.

Hydorn decidió empezar a fabricar kits de suicidio asistido después de ver el dolor y el sufrimiento que por el que pasó su esposo, enfermo terminal de cáncer de colon, hasta su fallecimiento.

"Hago lo que puedo para mejorar el mundo", aseguró recientemente Hydorn a la cadena local de televisión 10news de San Diego. "Debemos preocuparnos por ayudar a los demás. Hay mucho dolor y muchos problemas en el mundo", afirma la mujer, que se muestra sorprendida por la polémica que se ha levantado a su alrededor.

Su particular manera de ayudar a la gente con problemas es el Hellium Hood Kit, compuesto por una bolsa de plástico transparente con una goma, cosida a mano por Hydorn, que se ajusta al cuello y un manguito para conectarla a la bombona de helio. Cualquiera puede comparlo –sin límite de edad, condición o localización geográfica– por solo 60 dólares, gastos de envío incluidos. El gas, y la decisión de usarlo o no, corren por cuenta del cliente.

La abuelita de la muerte, como ya se la conoce en Estados Unidos, explica con inusitada frialdad cómo funciona su invención: "Cuando lo conectas, el cerebro piensa que vas a tomar una siesta. En ese momento pierdes el conocimiento y, 20 minutos después, todo termina. Las manos se quedan heladas y falleces".

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