Los medios de comunicación hondureños sufren la presión

  • El Gobierno de Micheletti ha cerrado una cadena de televisión y varias estaciones de radio. El ex presidente Zelaya había abierto un canal para difundir sus políticas. Ahora emite mensajes a favor del nuevo Ejecutivo.
Ioan Grillo | GlobalPost para lainformacion.com
Ioan Grillo | GlobalPost para lainformacion.com

Tegucigalpa (Honduras) – El bullicio habitual de la redacción del Canal 36 ha sido sustituido por un silencio ominoso. Las puertas están cerradas con grandes candados, mientras soldados aburridos vigilan en las aceras cercanas.

El nuevo Gobierno ha cerrado una de las principales cadenas de televisión, varias estaciones de radio y un periódico desde que se hizo con el poder hace ocho días con el derrocamiento del presidente Zelaya,. Además, se impide la difusión de la señal de varios canales internacionales, entre ellos la venezolana Telesur.

Los medios que siguen trabajando llevan consignas favorables al Gobierno de Roberto Micheletti. “Defendiendo la Constitución” es el titular de un periódico que habla del nuevo Ejecutivo. “Zelaya fuera. Queremos paz”, dice otro. Mientras estuvo en el poder Zelaya tuvo una relación tensa con las principales cadenas, controladas por familias poderosas.

Una reacción de intento de control de los medios era de esperar en Honduras. En el plano general latinoamericano se inscribe en la pelea entre las televisiones controladas por familias ricas con los nuevos líderes de izquierdas, que consideran que las emisiones están destinadas a erosionar sus gobiernos.

“Polarización reciente”

“Los medios de comunicación en América se han polarizado mucho en los últimos años. Es un estás con nosotros o contra nosotros”, comenta Elan Reyes, presidente de la asociación de periodistas de Honduras.

Zelaya se defendió de las críticas de que dañaba la economía al subir el salario mínimo un 50 por ciento. Alegó que los dueños de las emisoras de televisión eran “un grupo elitista” de oligarcas que quería mantener a los pobres oprimidos.

Para contrarrestar esta situación creó el gubernamental Canal 8, que mostraba sus logros  Un ejemplo eran sus visitas a poblados pobres donde abrazaba a los trabajadores del campo. “Los grandes canales se centraban en la vida y opiniones de los ricos. El Canal 8 empezó a fijarse en los pobres”, comenta César Fernández, un productor que trabajó en la emisora.

La privada Canal 36 también dio una cobertura favorable a Zelaya, que era amigo y aliado de su dueño. En las primeras horas del golpe los soldados irrumpieron en las instalaciones y cortaron la emisión.  Mientras el Canal 8 ha modificado radicalmente su línea editorial y pide a los hondureños que participen en las manifestaciones a favor del nuevo régimen.

El control de los medios recuerda cada vez más a la Venezuela de Hugo Chávez, quien acusó a las televisiones de apoyar el golpe en su contra en 2002. Cinco años más tarde el político bolivariano no renovó la licencia de Radio Caracas Televisión Internacional, la cadena más popular del país. La amenaza se cierne ahora sobre Globovisión, uno de los escasos medios críticos con Chávez.

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