Los refugiados escriben un nombre y un teléfono en los chalecos por si mueren en el mar

    • "Mi nombre es Abdi. Llama a este teléfono, es mi madre". Este es el mensaje que escribió un refugiado en un chaleco salvavidas recuperado por Médicos Sin Fronteras.
    • En estos chalecos también, además de telefónos se pueden leer oraciones y mensajes para los familiares.
Mensaje en un chaleco recuperado por MSF
Mensaje en un chaleco recuperado por MSF

Saben que el viaje que están a punto de realizar es peligroso. Muchos no consiguen llegar a la costa y mueren ahogados tratando de alcanzar. Solo ayer 34 personas murieron tratando de alcanzar suelo europeo, la mitad de ellos niños. MSF recopila los mensajes que mucho refugiados escriben en sus chalecos por si el agua se traga sus sueños.

"Mi nombre es Abdi. Llama a este teléfono, es mi madre". Este es el mensaje que escribió un refugiado en el chaleco salvavidas recuperado por Médicos Sin Fronteras. Esta organización ha enviado una carta junto con un chaleco salvavidas que perteneció a una de las 15.000 personas que han sido rescatadas en el Mediterráneo desde el pasado mes de mayo por Médicos Sin Fronteras (MSF). "Este chaleco salvavidas es de mala calidad, pero era la única seguridad con la que contaba ese hombre, esa mujer o ese niño mientras intentaba cruzar el mar para llegar a Europa", explican. Además de teléfonos de contacto, en estos chalecos, se pueden leer oraciones, o números de teléfonos de familiares y amigos con los que contactar en caso de que no lo logren.

La organización recuerda que muchas de las personas que rescatan huyen de la guerra, la opresión y la tortura, otras, de la pobreza, la persecución y las violaciones de los derechos humanos. Todas ellas quieren una vida mejor y más segura. Pero sus rutas de salida cada vez son más escasas, ya que los países que acogen refugiados, como el Líbano, Turquía y Jordania, están desbordados.

Islas griegas como Lesbos, Kos o Farmakonis son la puerta de entrada de los refugiados que se suben en lanchas neumáticas tras pagar miles de euros a las mafias. En las costas de estas islas se pueden ver cientos de chalecos que dejan aquellos que si han logrado llegar.

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