Luces, cámara y… se graba una película en Sudán

  • Los primeros resultados del referéndum en Sudán de Sur dan el 'sí' a la independencia. Mientras se terminan de contar todos los votos, un joven director sudanés graba una película en las calles de la futura capital, Juba. 'La sal de la nación' será la primera película producida en el nuevo país africano, un film sobre el Sudán del pasado, del presente y del futuro.
Mientras se terminan de contar todos los votos, un joven director sudanés graba una película en las calles de la futura capital, Juba.
Mientras se terminan de contar todos los votos, un joven director sudanés graba una película en las calles de la futura capital, Juba.
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Matthew Stein, Juba (Sudán del Sur) | GlobalPost
Matthew Stein, Juba (Sudán del Sur) | GlobalPost

Es el quinto día en el set de rodaje de 'Salt of the nation' (La sal de la nación), y Lekan Ayinde, un amigable y exitoso director nigeriano intenta no perder los nervios. Después de esperar durante tres horas la llegada de los extras, la escena que tiene que rodar corre peligro porque un irritado agente de policía ha acusado erróneamente al equipo de grabar imágenes en una mesa electoral en donde se está votando.

"¡No tenéis permiso!", grita el policía una y otra vez.

Pero tras llevar una semana rodando la primera película de la historia de Sudán del Sur, Ayinde ya empieza a acostumbrarse a situaciones de este tipo. "Este país ha sufrido durante 21 años. Hay mucho retraso", dice.

No sólo tiene que lidiar con policías irritados o encontrar un lugar adecuado para una escena glamurosa en una ciudad que hace tan sólo seis años era el campo de batalla de una guerra civil que cumplía dos décadas, sino que Ayinde tiene que trabajar con un grupo de actores cuya única experiencia en el cine es como espectadores. Al igual que muchos otros de sus compatriotas sudaneses que han pasado gran parte de su vida en el exilio o en campos de refugiados, los actores de esta película pionera carecen de experiencia o formación.

"Lo que en Nollywood [el epicentro cinematográfico de Nigeria] se podría hacer en 30 minutos, aquí lleva cinco horas", explica Dare Folder, el productor nigeriano de la película. "Pero me encanta poder formar parte de la historia".

Según su director, 'Salt of the nation' trata sobre "el Sudán de ayer, de hoy y de mañana". Para Folder, la película trata fundamentalmente de la lucha que ha vivido Sudán y de los desafíos a los que se enfrenta después del actual referéndum. La película, según el productor, mostrará que toda la gente de Sudán del Sur necesita estar unida, especialmente a través de matrimonios intertribales.

La película se proyectará en Juba después de que se anuncien los resultados del referéndum, a mediados de febrero, y poco después habrá un gran estreno en Kampala. Posteriormente, se distribuirá en DVD tanto en Sudán del Sur como en Uganda.

Folder, que también ha producido películas de Nollywood en Uganda, ha sido una figura clave a la hora de lograr la participación en este proyecto de Ayinde y de tres populares actores nigerianos.

Sam Loku, el actor más veterano y famoso de Nigeria, asegura que Juba tiene todos los ingredientes necesarios para que florezca allí la industria cinematográfica: talento, actores que están deseosos de aprender y, según constató durante una reunión con el presidente Salva Kiir, un gobierno que se muestra tolerante y apoya al sector. "Lo que les falta es disciplina. Quiero que eso lo vean claro", asegura.

Varios meses antes de iniciar el rodaje, Folder creó en Juba el Universal Movie and TV Institute, como forma de atraer y formar a actores para la película. Tras pagar el equivalente a 220 euros, cada estudiante eligió un personaje y utilizó ese papel para ensayar técnicas de movimiento corporal, de expresividad y de manejo de los tiempos. Eventualmente, todos participaron en el casting y consiguieron un papel en la película, aunque fuese menor.

Jamila Adau Garang es una joven de Jonglei de 23 años que mide 1,82 e interpreta el papel protagonista, Poni. Entre toma y toma, recuerda que hace 10 años era una cría sin casa ni zapatos que intentó huir con su hermana a Etiopía para tratar de encontrar a sus padres en un campo de refugiados. Caminaron durante 15 días, huyendo del ejército del norte, y sobreviviendo a base de agua sucia y vegetación insípida, pisando tantas piedras se le cayeron todas las uñas de los pies.  

Ahora intenta recuperar el tiempo perdido. Elegida para interpretar a Poni justo tres días antes de que empezase el rodaje ("porque encajaba", explica su profesor, Stephen Yei Batali), la joven actriz cree que a través de su personaje puede animar a todos los sudaneses del sur a vivir unidos, sea cual sea su tribu o etnia.

"Quiero que los dinka y los lotuko coman todos del mismo plato", asegura. "Quiero animar a los jóvenes a que trabajen duro. Quedarse sentado en casa mirando no sirve de ayuda para nuestro pueblo".

Al igual que el resto de sus compañeros, Jamila está contenta porque sabe que los temas que trata la película, la tolerancia y la armonía, son importantes para su país, en este momento en el que celebra un importante referéndum sobre su independencia.

Sin embargo, esa pasión de Jamila todavía no consigue transmitirse del todo en la gran pantalla. En el rodaje, para consternación del director, cada vez que el actor principal se le acerca para darle un beso, ella aparta la cara.

"¡Se supone que sois novios!", le recuerda Ayinde, que después de una y otra toma logra que la actriz ceda. En el set de rodaje alguien comenta que a la joven le cuesta porque tiene novio; otros dicen que es simplemente tímida.

Pese a las dificultades, Folder se muestra optimista sobre el futuro de esta industria en el que será probablemente un país independiente después del referéndum. El productor mantiene conversaciones con el gobierno para adquirir una licencia de televisión y emitir programas de entretenimiento producidos localmente. A juzgar por el entusiasmo que demuestra la población, su apuesta podría ser todo un éxito.

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