Marine Le Pen, la sonrisa de quien se sabe fuerte

Lleva desde mediados de enero dirigiendo el Frente Nacional fundado por su padre Jean- Marie Le Pen en 1972 y ya ha barrido en las recientes elecciones cantonales francesas a la UMP del presidente Nicolas Sarkozy y los sondeos indican su ascendente popularidad. El aire nuevo y joven que aporta Marine Le Pen al partido de la ultra derecha gala no solo ofrece una imagen moderna a una formación política que estaba perdiendo fuelle, sino también más garra diplomática que la que tenía su padre (condenado por racista y antisemita en varios tribunales).

Una encuesta realizada a principios de mes por el diario Le Parisien le concedía un 23 por ciento de los votos por encima de quienes a día de hoy serían los candidatos a las presidenciales del año que viene: Sarkozy y la líder socialista Martine Aubry obtendrían respectivamente un 21 por ciento (si bien es cierto que la encuesta aún no podía tener en cuenta el relevante papel que ha tomado Francia frente a la Libia de Muamar al Gadafi). Resulta lógico que con estos datos sobre la mesa, a esta abogada de 42 años no se le borre la sonrisa de la cara en los actos públicos.

Le Pen quiere Francia se retire del euro. "Nos prometieron que esta moneda nos traería crecimiento y bienestar, y ¿qué ha ocurrido? Han destruido a la gente, estamos hablando de una auténtica tragedia. Miren lo que ha ocurrido en Grecia", ha dicho al periódico Kathimerini en declaraciones recogidas por Reuters.

Que el Frente Nacional hace de la anti inmigración su principal bandera no es ningún secreto. Y su líder, que ha mamado el ideario del partido marcado por su padre desde que era una niña, no podía ser menos: "Los gobiernos [europeos] hasta hoy están permitiendo que los inmigrantes [ilegales] actúen a sus anchas. ¿No es esto un déficit de la democracia? Nuestros valores, nuestra civilización cristiana está ahora en peligro y debemos actuar con decisión", dijo en la misma entrevista.

Metida en política desde que en 1998 tomo la dirección del servicio jurídico del Frente Nacional, pasando después por el Europarlamento y ejerciendo de vicepresidenta del partido, Le Pen ha ido perfilándose como la sucesora natural de su polémico padre. Pero si Jean-Marie Le Pen la emprendió especialmente contra los judíos, Marine ha centrado su discurso en los musulmanes, que ya conforman una parte importante de la sociedad francesa.

"Hace quince años tuvimos el velo, había cada vez más velos. Luego fue el burka, había cada vez más burkas. Y después llegaron las oraciones sobre la vía pública (…) Esto es una ocupación del territorio", pregonaba Marine Le Pen cuando aún era solo vicepresidenta del Frente Nacional, según recogía el diario Le Figaro. Y eso que Francia es conocida por tratar de modelar un país lo más laico posible, impidiendo el uso del velo desde hace décadas en las escuelas así como otros símbolos religiosos.

Ahora esta abogada penalista de 42 años está aprovechando el tirón del temor que puede suscitar una ola de inmigración desde el Magreb debido a las revueltas árabes. La líder del Frente Nacional pide una "moratoria" en la política migratoria de Sarkozy, que el partido considera demasiado permisiva por dejar que cada año lleguen "200.000 inmigrantes legales a Francia".

Para Le Pen, lo esencial consiste en "restaurar la soberanía y la identidad de Francia" desde el que considera el "partido de la resistencia, (…) el "verdadero frente republicano". El 11 por ciento de los franceses que votaron el domingo pasado en los comicios cantonales están de acuerdo con ella.