Ni escondida tras una gorra deportiva y unas enormes gafas de sol, la primera dama estadounidense, Michelle Obama, pasa desapercibida. La esposa del presidente de Estados Unidos fue la atracción principal de uno de los supermercados Target de Washington.
Los clientes del establecimiento, situado a únicamente un par de manzanas de la Casa Blanca, pudieron ser testigos de una estampa poco habitual: la mujer del hombre más poderoso del planeta paseando por los pasillos de una superficie comercial y empujando su propio carrito durante casi 40 minutos.
El director de comunicaciones de Michelle, dijo que no es normal que la esposa de Obama salga de compras, pero que esta vez hizo una excepción. La propia Michelle se ha declarado fan de esta cadena de supermercados.
El dispositivo de seguridad se inició una media hora antes de la llegada de la primera dama al establecimiento. El servicio secreto lo inspeccionó con perros especializados en la detección de explosivos y dejó un pequeño grupo de agentes camuflados como clientes, según The Washington Post.
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