"Yo, Ennio Morricone, he muerto". Un comienzo impactante para la epístola final del compositor italiano, el maestro. El texto que él mismo escribió para despedirse de sus familiares y amigos le sirve al músico para "renovar" su amor a su esposa, Maria. Morricone, autor de algunas de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine, falleció en la madrugada de este lunes en la clínica romana en la que permanecía ingresado por las complicaciones surgidas tras caerse días atrás y romperse el fémur.
Enseguida las puertas de la clínica Campus Bio Médico de la capital se llenaron de prensa y el abogado y amigo del compositor, Giorgio Assumma, salió para leer una curiosa carta de despedida de Morricone. "Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto", empieza la misiva.
El oscarizado compositor explica que solo hay una razón para despedirse de este modo: "no quiero molestar". Un recuerdo "particular" se lo dirige a Peppucio, el director Giuseppe Tornatore, para quien trabajó en todas sus películas, y a su esposa, Roberta Pacetti: "amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida", sostiene.
También cita a algunos amigos y a sus hermanas, Adriana, Maria y Franca; a sus cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni; y a sus nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Y en último pero especial lugar a su esposa, Maria Travia, con la que compartió su vida desde que se conocieran en 1950. "A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós", termina.
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