Joanne Mills tenía mucho miedo a contraer el coronavirus y eso fue lo que impidió que acudiera al hospital cuando tuvo dolores en el pecho a principios de octubre. Tampoco quiso llamar por teléfono a su doctor porque sabía que tenía que ser una consulta telefónica. El pasado día 14 la mujer falleció después de que médicos intentaran reanimarla, lográndolo hasta en 15 ocasiones.
Esta mujer de 44 años y madre de dos hijos es una víctima más de la pandemia. Ella se pensó que el malestar que tenía el pecho podía deberse a una mala digestión. Fue su familia la que la animó a que la viera un médico. Ahí es donde ella les responde que por un caso así lo que iba a conseguir como mucho era una consulta telefónica.
La noche que falleció sus familiares no recuerdan que se encontrara mal, según recoge Daily Mail. Su pareja se ausentó un momento a casa de los vecinos y una de las hijas de esta mujer corrió para avisarle. Cuando llegó Joanne se encontraba en el baño con un fuerte dolor de pecho y un malestar que le subía por el cuello. Rápidamente llamaron al servicio de emergencias.
Ella misma se calzó y bajó las escaleras hasta llegar a la ambulancia. Una vez entró su estado empeoró. "Me voy", llegó a decirle a su pareja una de las veces que lograron reanimarla. Ahora busca fondos para su funeral porque en breve será despedido de su trabajo.
Cada vez son más las historias que se conocen de personas que por la pandemia están perdiendo la vida sin estar contagiados por la Covid-19. Una falta de diagnóstico o la interrupción del tratamiento o como en este caso el miedo a ir a un hospital y acabar contagiado son algunas de las causas que incrementa la fatídica lista de fallecidos desde que el coronavirus se convirtiera en pandemia.
En Gran Bretaña el pasado lunes la cifra de contagiados nuevos ascendía a más de 18.000 personas. Ese día 80 personas perdían también la vida.
