Occidente combate en la batalla real pero olvida la guerra virtual al yihadismo

    • No existe una táctica global en Internet para contraprogramar ideológicamente al yihadismo se lamentan los expertos en terrorismo yihadista.
    • El yihadismo opera sin freno en las redes sociales. En sólo 30 minutos un ejemplar en pdf de la revista del Estado Islámico alcanza a millones de personas.
DABIQ, así es la revista en la que Estado Islámico difunde sus acciones para captar adeptos en todo el mundo
DABIQ, así es la revista en la que Estado Islámico difunde sus acciones para captar adeptos en todo el mundo
Andrés Torres

Una de las razones por la que está fracasando la lucha contra el Estado Islámico -y por extensión contra el yihadismo internacional- es por que Occidente se ha empeñado en la derrota militar del terrorismo de corte islamista. Osama Bin Laden fue eliminado pero como si el yihadismo fuera hidra multicéfala se tratara otra cabeza creció en su lugar. "Si cayera el califa Abu Bakr- Al Bagdhadi, líder del 'EI', otros muchos califas ocuparían su lugar", apunta José María Gil Garre, director del departamento de estudios de terrorismo del Instituto de Seguridad Global con sede en Londres.

Así las cosas, las bombas en Irak y en Siria no son suficientes para detener la expansión ideológica de un yihadismo que se extiende cual metástasis de terror en internet y en las redes sociales. El yihadismo, más que una organizción terrorista -como Al Qaeda o ISIS- es una ídea, una convocatoria, un ideario islamista radical que aboga por la imposición de la sharia, el regreso al medievo del Islam, la sumisión de las mujeres y la yihad, no sólo contra los "cruzados" cristianos occidentales sino contra otros musulmanes "infieles", mayoritariamente los chiíes. Y esta batalla se libra en la red de redes.

Aunque de acuerdo con el Instituto de Seguridad Global y los observadores internacionales los cuerpos de seguridad del Estado en España están realizando un trabajo extraordinario para prevenir atentados integristas "esto no es un seguro de vida", se lamenta Gil Garre. "El combate contra el yihadismo se libra en dos campos de batalla; el real donde incluímos la vía militar y la realidad virtual donde Occidente está fallando con estrépito", apunta.

Fue precisamente Osama Bin Laden el primer en advertir la importancia de Internet para expandir la ideología de la que se nutre en yihadismo, asegura. Y en este sentido el integrismo yihadista opera sin control en la red de redes. Manejan con soltura las redes sociales, penetran con éxito en la Internet invisible (Deepweb, Invisible Web, Deep Web, Dark Web o Hidden Web en inglés) y apenas minutos después de sus brutales ejecuciones, sus vídeos de atroces decapitaciones u homosexuales arrojados al vacío desde una azotea se viralizan a una velocidad de vértigo. "No existe una táctica global en Internet para contraprogramar ideológicamente a los radicales, ¿es que somos tontos?", reprocha Gil Garre.

"Dabiq, la revista oficial del Estado Islámico, con una excelente maquetación y edición, se distribuye en pdf en Internet y en sólo 30 minutos llega a millones de personas", expone el analista. Gil Garre existe en que no existe una estrategia legal que permita una actuación rápida contra la apología del yihadismo en Internet.

"La Policía detecta a un grupo de yihadistas en Facebook y precisa de un requerimiento judicial para poder actuar con premura. Falta agilidad y la obtención de espacios de eficacia en Internet para frenar al yihadismo", expone. La batalla 'internaútica' colisiona con la libertad, el verdadero espíritu de Internet donde la información fluye sin control.

No obstante, paradójicamente, es dicha libertad la que genera espacios de impunidad del que se sirven los yihadistas. "Necesitamos un replanteamiento muy serio en todos los frentes para combatir con verdadera eficacia al terrorismo yihadista, más allá de la vía militar", concluye.

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