Pánico al asilo en Alemania: "Hay que rescatarlos, pero no traerlos a Europa"

"Strache es un neonazi", reza una pancarta de protesta en Viena. /EFE
"Strache es un neonazi", reza una pancarta de protesta en Viena. /EFE

El miedo al asilado difundido por la ultrderecha al este del país ha prendido en Alemania. Las declaraciones del exjefe del espionaje alemán, Hans-Georg Maassen, lo confirman: "Hay que salvar de morir ahogados a quienes se rescata en el Mediterráneo. Pero no para llevarlos a puertos de Europa". 

Las frases de Maassen son claras: Alemania tiene un "creciente problema de seguridad, derivado de conflictos en otras partes del mundo" que trasladaron al país 1,5 millones de asilados; la solución no es levantar vallas en las estaciones o más seguridad, sino "evitar que esos problemas aumenten y mandar a casa" a quienes delinquen.

Las declaraciones se dieron en un acto del candidato de la CDU, Geert Mackenroth, como parte de la campaña para los comicios regionales que se celebrarán en septiembre en Sajonia y Brandeburgo, dos "Länder" del este: "No quiero ser un jinete del Apocalipsis. Pero creo que hay que asumir los problemas de frente", afirmó Maassen,

Mackenroth, responsable de Inmigración en Sajonia, pertenece a la llamada "Werte Union" -Unión de Valores-, el ala más derechista de la CDU, que rechaza a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) como socio de coalición, pero considera que se debe "hablar" con ese partido y dirigirse a sus votantes.

"La AfD no es un partido extremista. Ahora mismo no puede ser un socio de coalición, pero hay que ver cómo evoluciona", defendió Maassen, entre cuyo auditorio había casi tantos militantes de la CDU como de ese partido, además de una escueta presencia izquierdista.

"¿Qué nos dice de la instrumentalización por parte de la AfD de delitos comunes cometidos por extranjeros?", fue una de las preguntas lanzadas desde ese bando, representando por Erik Christopher Richter, candidato de la Izquierda en la vecina localidad de Chemnitz.

Maasen, siempre ligado a la ultraderecha

El exjefe del espionaje es una figura polarizante, que puso en jaque la coalición entre el bloque conservador de Merkel y los socialdemócratas, hasta que se le apartó del cargo en noviembre. A Maassen, que presidía desde 2011 la Oficina Federal para Protección de la Constitución (BfV), los servicios secretos internos alemanes, se le atribuía connivencia con la ultraderecha casi desde que asumió ese puesto.

No obstante, la tempestad sobre él no se desató hasta que el pasado verano cuestionó la existencia de una "caza de extranjeros", en medio de los desmanes neonazis registrados en Chemnitz tras la muerte de un ciudadano germano-cubano a manos presuntamente de un refugiado.

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