El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, ha asimilado la difícil situación económica que vive el país a un estado de "guerra", pero en cualquier caso ha descartado la convocatoria de elecciones y despidos masivos de funcionarios para recortar aún más el déficit público, como le exigen los prestamistas.
"Este no es momento de elecciones. Es el momento de combatir. Esta situación es similar a estar en guerra y pido al pueblo griego dinero para comprar armas", ha argumentado Papandreu durante una reunión informal del Consejo de Ministros celebrada en la ciudad de Tesalónica.
En respuesta a las críticas de sindicatos y oposición, Papandreu ha asegurado que las reformas ya anunciadas serán suficientes para 2011 y 2012 y que no habrá necesidad de despidos masivos de funcionarios.
El Gobierno sí ha anunciado en cambio la creación de una "reserva de trabajo" funcionarial que serviría para suspender a trabajadores públicos. Papandreou ha recordado que desde que su partido, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), llegó al poder se ha reducido en 100.000 el número de funcionarios que cobran del Estado.
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