La repatriación de los dos españoles muertos en Sri Lanka se alargará días

  • Cuando concluya todo el proceso burocrático, serán las agencias de seguros y las funerarias las que tomen el relevo, añadieron.
María y Alberto, los jóvenes españoles muertos en Sri Lanka
María y Alberto, los jóvenes españoles muertos en Sri Lanka
EFE

Los cuerpos de María y Alberto, los dos jóvenes españoles de poco más de treinta años que encontraron la muerte en los atentados de Sri Lanka el pasado Domingo de Resurección mientras estaban de vacaciones, tardarán en ser repatriados. Según las fuentes diplomáticas "se prolongará días". 

Las autoridades españolas desplazadas a Sri Lanka están tratando por ahora de recopilar toda la documentación necesaria para que se pueda proceder con la repatriación de los cadáveres de los dos jóvenes naturales de Galicia, María González Vicente, de 32 años y residente en la localidad de Pontecesures, y Alberto Chaves, de 31, originario del municipio de Rianxo.  Sin embargo, ese proceso para obtener los certificados oficiales por parte de las autoridades judiciales de Sri Lanka aún "se prolongará días", advirtieron fuentes diplomáticas españolas, que pidieron el anonimato. Cuando concluya todo el proceso burocrático, serán las agencias de seguros y las funerarias las que tomen el relevo, añadieron.

Los jóvenes se alojaban en uno de los tres hoteles que fue castigado por el terrorismo. Pasaban unos días de vacaciones en Sri Lanka donde viajó María para encontrarse con su pareja. Chaves trabajaba en una empresa dedicada a los productos congelados del mar en la India. Este martes, las autoridades de Sri Lanka elevaron a más de 300 el número de fallecidos por la sangrienta serie de atentados del Domingo de Resurrección, que atribuyen a un grupo islamista local y que ocasionaron además 500 heridos.

Los ataques comenzaron de forma simultánea con potentes explosiones en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y una tercera en la oriental ciudad de Batticaloa. Las explosiones continuaron horas después con una séptima detonación en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo. Cuarenta sospechosos han sido detenidos por estos ataques, que aún no han sido reivindicados.

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