Así son los rescates de MSF en la costa libia: 1 de cada 17 intentos en cruzar el Mediterráneo acaba en tragedia

  • Los refugiados llegan empapados, descalzos, desorientados y muertos de frío, con miedo y sed. Las mujeres, muchas con sus hijos en brazos, llegan en peores condiciones que ellos.

    En lo que va de año, los barcos de MSF Dignity I, Bourbon Argos y los equipos de MSF que colaboran con SOS Méditerranée a bordo del Aquarius han asistido a 3.753 personas. 

Las imágenes de los cadáveres de hombres, mujeres y niños varados en las playas del Mediterráneo, son la peor cara de Europa, el peor espejo de los valores del Viejo Continente. Asistimos a un goteo constante de naufragios, que se tragan los sueños de miles de personas que huyen del horror, y ya apenas nos inmutan. Solo el mar sabe cuántos son. Atrás quedaron los lamentos y el sentimientos de culpa por la muerte del pequeño Alyan Kurdi, el niño sirio de tres años cuya muerte en una playa de Turquía removió la conciencia mundial respecto al drama de los refugiados. Cuando una realidad se repite una y otra vez, se convierte en rutina, y la rutina deja de ocupar titulares.

¿Se pueden evitar estos naufragios? ¿Quiénes vigilan las costas? Cuando Italia decidió poner fin a las misión de rescate Mare Nostrum, ellos mismos sabían que supondrían más muerte, según una investigación filtrada por la organización State Watch. La ahora inexistente misión se encargaba de patrullar el Mar Mediterráneo en busca de barcazas a la deriva e intentaba llegar  antes de que naufragasen. Hace dos años, esa operación se sustituyó por la operación Tritón que solo vigila las fronteras y coordina a los países que forman parte de la operación. Ante la inexistencia de una misión de rescate, son las organizaciones privadas las que toman el relevo. En lo que va de año, han muerto en el Mediterráneo al menos 2.858 personas, mil personas más respecto al mismo periodo de 2015. Y habrá muchas más.

Tres barcos de MSF patrullan la costa libia 

Carlos Ugarte, responsable de relaciones externas de Médicos Sin Fronteras, ha explicado a www.lainformación.com cómo trabajan en los barcos de rescate. Desde primera hora de la mañana están listos porque en cualquier momento les pueden avisar. Normalmente, con la luz del día es más fácil divisar las barcaza, aunque han realizado algún rescate por la noche.

En cuanto suena la primera alarma ponen en marcha el plan de rescate. Coordinamos el operativo con la central de Rescate de Roma para avisar a la Marina Italia y hacerlo todo dentro del marco legal italiano, cuenta Ugarte.

En la actualidad, la organización surca los mares con tres barcos el MSF Dignity I, el Bourbon Argos y colaboran con SOS Méditerranée con el Aquarius.A veces somos nosotros los que les divisamos y en otras ocasiones no avisan ellos, explica.

La zona de rescate es la conocida como el canal de Sicilia, muy transitado. En ese momento, empieza el rescate. Nos acercamos a la embarcación y tiramos una zodiac para rescatarles. Lo primero que hacemos es tranqulizarles. Para ellos contamos con traductores de árabe, inglés y francés, explica.

Posteriormente, los refugiados son subidos a bordo progresivamente en grupos de doce desde la embarcación auxiliar, hasta que la balsa queda vacía en el mar. Llegan empapados, descalzos, desorientados y muertos de frío, con miedo y sed. Las mujeres, muchas con sus hijos en brazos, llegan en peores condiciones que ellos.. Es por ello que, una vez rescatados, les ofrecen primeros auxilios psicológicos y reciben apoyo e información durante y después del rescate.

3.753 rescates en lo que va de año 

En lo que va de año, han asistido a 3.753 personas. Desde la Organización denuncian que esto es responsabilidad de los jefes de Gobierno que tendrían que poner en marcha una operación. 'La situación sería muy distinta si la UE pusiera en marcha aviones de reconocimiento, inteligencia, satélites y otros recursos además de los barcos de vigilancia para poder paliar el problema humanitario, asegura Carlos Ugarte.

El años pasado, 1 de cada 27 personas moría en el mar al intentar llegar a Europa, pero este año, manejan cifras más trágicas, de 1 de cada 17 termina mal. 'Las embarcaciones son cada vez  más precarias y llegan con más gente. Por muchos obstáculos que pongamos no se van a detener, por muchas barreras que construyamos seguirán llegando. Lo único que conseguimos es que aumente el negocio de las mafias, concluye.

Mostrar comentarios