San Valentín lanza flechas envenenadas a los periodistas sirios en Ginebra

Susana Samhan

Ginebra, 14 feb.- San Valentín ha estado presente hoy entre los periodistas sirios, tanto del régimen como de la oposición, en la conferencia de Ginebra, donde, pese al intercambio de bromas, más que flechas del amor se han cruzado flechas envenenadas.

"¡Feliz San Valentín!", clamaba un periodista sirio, venido de Estambul junto a la delegación opositora, en un rato de espera de una rueda de prensa.

Rodeado de compañeros de uno y otro bando, el periodista bromeaba con trabajadoras sirias de distintos medios de comunicación que llevaban hoy alguna prenda roja.

"¡Qué guapa te has puesto por San Valentín! ¡Qué colorido es tu hiyab (velo que cubre el pelo)", le decía el informador a una compañera de otro medio de comunicación opositor que le sonreía.

Poco después, le tocaba el turno de piropos a una presentadora de una televisión progubernamental siria, que llevaba una bufanda roja, que respondió a la broma con un lacónico: "No estoy enamorada".

Asuntos del corazón aparte, este raro momento de compadreo entre los sirios, de uno y otro bando, duraría poco tiempo por culpa de algo tan pequeño como un chicle.

"¿Queréis uno?", preguntó el mismo periodista al resto de sus compatriotas y otros colegas extranjeros, mientras sacaba un paquete de goma de mascar del bolsillo.

Lo que fue respondido por un cámara de una televisión progubernamental siria con un "¿No estará envenenado?".

Y es que, exceptuando aquellos instantes en que por necesidades del trabajo tienen que coincidir en el mismo espacio, durante las dos últimas rondas de la conferencia de Ginebra ha sido extraño que los periodistas sirios del régimen y de la oposición se mezclaran entre sí y, si lo hacían, han estado a punto de llegar a las manos.

La tensión es patente también en las comparecencias de los miembros de las delegaciones con los periodistas del otro bando.

Este viernes, durante la rueda de prensa de la oposición, el portavoz de la delegación de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), Louay Safi, tuvo un agrio enfrentamiento verbal con una periodista de la televisión oficial siria.

La informadora le preguntó por la presencia de supuestos grupos terroristas en la frontera, sin especificar si era con el Líbano o Turquía, y Safi se refirió a la situación en Yabrud, una localidad situada al norte de Damasco, en la región de Al Qalamún, limítrofe con el Líbano.

De esta manera, cada una de las partes llevaba la conferencia de prensa a su terreno, ya que mientras que el régimen sostiene que combate a grupos terroristas, que en ningún momento denomina como rebeldes u opositores, la oposición ponía el acento en el asalto militar a Yabrud, donde el ejército ha lanzado una gran ofensiva.

"¡Pero si Yabrud está lejos de la frontera!", le replicó la periodista, a lo que Safi objetó que dicha población se encuentra en Al Qalamún, fronteriza con el territorio libanés, antes de conceder el turno de preguntas a otro medio de comunicación.

En ese momento, algunos periodistas progubernamentales sonrieron burlonamente y un compañero que estaba enfrente de la autora de la pregunta afirmaba "no tiene ni idea", en referencia al portavoz de la oposición.

Y es que el régimen alega que la oposición siria no sabe nada sobre el conflicto porque la mayoría de los miembros de la CNFROS están exiliados, algunos de ellos desde hace años.

Minutos después de la rueda de prensa de Safi, comenzaba la del viceministro sirio de Exteriores, Faisal Miqdad, que en ninguna ocasión otorgó la palabra en el turno de preguntas a periodistas de medios cercanos a la oposición, que observaban con caras de enfado.

Tal ha sido la tensión en algunas ruedas de prensa que al final de la primera ronda de la conferencia de Ginebra, celebrada entre los pasados 24 y 31 de enero, la portavoz de la ONU, Corinne Momal-Vanial lamentó que algunos medios hubieran tenido "comportamientos inaceptables".

Las afrentas entre los periodistas sirios en la ciudad suiza han sido un reflejo de la división de su país, escenario de un conflicto desde marzo de 2011, que, según activistas, deja ya más de 135.000 muertos.