Se cumple un año de la ejecución de Foley, el día que el EI hizo viral su terror

    • Este miércoles se ha cumplido un año desde que el grupo terrorista Estado Islámico ejecutara al fotógrafo estadounidense James Foley.
    • Desde que difundiera la ejecución de Foley, el grupo terrorista ha ido incrementando la violencia y barbarie de sus ejecuciones y las filma como si fueran superproducciones.
La madre del periodista Jim Foley pide la liberación de los rehenes en Siria
La madre del periodista Jim Foley pide la liberación de los rehenes en Siria

Su muerte conmocionó al mundo, y empujó a EEUU y a su alianza de países árabes a comenzar su ofensiva contra el Estado Islámico. Este miércoles se cumple un año de la muerte de James Foley, el primer periodista occidental ejecutado, fríamente y ante la cámara, por el grupo terrorista Estado Islámico. Daba comienzo una nueva era del terror en la que la imagen, los vídeos (con look hollywodiense y realizados por occidentales)

Su muerte fue la primera, pero no la única. En las semanas y meses siguientes, la lista de ejecutados por el grupo terrorista se iría alargando: Steven Sotloff, David Haines, Alan Henning, Peter Kassig,Haruna Yukawa, Kenji Goto yMuath Al-Kassasbeh. Y un año después, el grupo sigue fuerte en sus territorios de Irak y Siria y sigue ejecutando: hace unas semanas mataba ante la cámara al croata Tomislav Salopek. Y este mismo miércoles, al arqueólogo jefe de Palmyra, Khaled al-Asaad, de 81 años: tras matarlo, han puesto su cuerpo colgando de las ruinas a las que dedicó tanto de su vida.

Pero todo comenzó en agosto, cuando la muerte de James Foley desencadenó un rechazo por todo el mundo y lo lanzó a la acción. Así, en el mes de septiembre llegaban, tras las discusiones y debates a niver internacional, las palabras de Barack Obama: EEUU lideraría una campaña para degradar y destruir al Estado Islámico, calificada directamente como una amenaza a los intereses y seguridad estadounidenses.

La alianza, liderada por EEUU, cuenta con la participación de países del entorno, como Jordania, Qatar o Arabia Saudí. Desde el pasado mes de septiembre, hace casi ya un año, han bombardeado posiciones del EI en Siria, y con otros países como Francia o Reino Unido, en Irak. Desde el inico de la ofensiva se asumió que sería una larga guerra: lo dijo el propio Obama en septiembre, y un año más tarde, queda demostrado.Una barbarie 'in crescendo'

Las decapitaciones de los periodistas occidentales conmocionaron al mundo. Ocuparon titulares de todo el planeta, y millones de lectores y telespectadores se horrorizaron ante la brutalidad de las imágenes. Una clara y marcada pauta propagandística del Estado Islámico había conseguido su objetivo: ser noticia.

El grupo terrorista había conseguido desmarcarse de la imagen de otros grupos terroristas y, con una cuidada estética, inspirada por películas de terror, hacía real la barbarie. Comenzó con ejecuciones, pero pronto las dejaría atrás. Tras horrorizar con las decapitaciones, el grupo dio un paso más: primero fueron las ejecuciones en masa. Después, decidió, en el mes de enero, quemar vivo al piloto jordano Moaz al-Kassasbeh.

Le seguirían imágenes del lanzamiento de homosexuales desde edificios. Después, continuaría con su campaña de violaciones, asesinatos, persecución y horror. Todo ello sin parar. Hace unos días, marcaba un nuevo nivel de barbarie: ponía a varios rehenes en fila, y los hacía estallar con explosivos. Una barbarie tal que hasta los talibanes mostraron su repulsa.

Una barbarie, además, que el grupo terrorista ha establecido ya como parte de su teología. Así, según los testimonios de sus víctimas, que han sido recogidos durante el último año, se muestra una visión de lo que creen los combatientes del grupo terrorista. Lo demostraba hace unas semanas el diario The New York Times, que recogía los testimonios de chicas yazidíes violadas por el grupo terrorista. Es una visión horrenda: según sus experiencias, los combatientes hacen todo lo que hacen, incluyendo la violación de niñas de hasta 12 años de edad, por su Dios: lo justifican como parte de su teología.

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