Siria, ¿la próxima pieza del dominó en caer?

  • Los parecidos entre Egipto y Siria son muchos, pero también son importantes las diferencias. Al igual que el Ejecutivo egipcio, el Gobierno de Siria es el mismo desde hace décadas, pero a diferencia de Egipto, la evolución económica siria ha sido muy buena en los últimos años. Eso sí, los sirios se pueden olvidar de compartir opiniones a través de Twitter o Facebook.
Al igual que el Ejecutivo egipcio, el gobierno de Siria es el mismo desde hace décadas, pero a diferencia de Egipto, la evolución económica siria ha sido muy buena en los últimos años.
Al igual que el Ejecutivo egipcio, el gobierno de Siria es el mismo desde hace décadas, pero a diferencia de Egipto, la evolución económica siria ha sido muy buena en los últimos años.
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Hugh Macleod, Damasco (Siria) | GlobalPost

En uno de los nuevos cafés del viejo Damasco los mensajes se suceden de modo vertiginoso en los teléfonos móviles, entre gritos de alegría y el visto bueno de los atónitos sirios.

Suzan Mubarak, esposa del depuesto presidente de Egipto, se marchó al exilio cuando empezaron los rumores, escapando del país justo unos días antes de la revuelta sin precedentes que se produjo en el país después de treinta años de mandato de su esposo, el presidente Hosni Mubarak.

Las noticias de El Cairo han traído consigo un ambiente de excitación en el país, debido a las similitudes que hay con Egipto, ya que en el pasado las dos naciones fueron una.

Como Egipto, Siria ha estado gobernada durante décadas por un único partido, con un servicio de seguridad que mantiene un férreo control sobre sus ciudadanos. Ambos países han estado luchado por reformar la economía, asfixiada durante generaciones por el control central, dentro de un esfuerzo por frenar el desempleo que se ha disparado entre el perfil demográfico joven.

¿Podría el efecto dominó que se expande por las calles desde Túnez a El Cairo llegar también a Damasco?

"Quizás los saudíes tengan que construir una ciudad entera para albergar a los presidentes árabes cuando éstos salgan de sus respectivas ciudades", bromea un taxista, que pensaba que Mubarak seguiría el mismo camino que su homólogo de Túnez, el presidente Zene el Abadeen Ben Ali, que se marchó al exilio a Arabia Saudi después de las virulentas protestas en la calle que terminaron con la caída de su régimen.

En una tetería en el centro de Damasco el habitual murmullo de conversaciones se va apagando cuando los clientes se sientan silenciosamente para ver las imágenes de televisión en las que se ve arder en llamas la sede del partido gubernamental en El Cairo, un edificio de la era soviética, al igual que muchos de los que albergan las instituciones del Estado en la capital.

Un joven camarero se muestra escéptico ante la posibilidad de que se produzca un cambio real en Egipto. "Mubarak no se irá. ¿Por qué los egipcios han esperado hasta ahora? Sólo por lo que ha sucedido en Túnez. Me gustaría que se fuera, pero él no querrá".

Otros, sin embargo, consideran que el genio ha salido de la botella.

"El mensaje más importante es que la gente puede conseguir que el cambio se produzca". Hasta ahora siempre era el ejército el que lideraba una revuelta, explica el director del Centro Sirio para la Libertad de Expresión y Prensa, que coordinaba las campañas por la libertad de prensa en Siria y que fue cerrado por las autoridades poco después de su apertura.

"No será mañana ni en unos meses, pero estoy seguro de que esto es como un dominó. Antes había una ideología (el pan-arabismo o ser enemigo de Israel). Pero ahora la gente está buscando sencillamente su libertad personal, comida, educación, una buena vida. Los días de la ideología han terminado".

Los usuarios de Internet informaron de que se produjo una reducción significativa en la web, con búsquedas de noticias sobre la caída de los buscadores y de Internet en Egipto.

El intenso tráfico de usuarios podría ser una explicación pero en Siria, donde se bloquearon cientos de webs que iban en contra de los intereses del gobierno y donde se han prohibido redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube y otras similares, las autoridades negaron las acusaciones de que ellos habían restringido el servicio para evitar que los ciudadanos se enteraran de los sucesos de El Cairo. 

Además a principios de esta semana las autoridades prohibieron programas que permitían el acceso a los chats de Facebook desde los teléfonos móviles, ya que se trata de un medio fácil y barato para estar en contacto y que ha crecido en popularidad entre los jóvenes sirios.

A pesar de las restricciones, algunos en Siria consideran que los sucesos de El Cairo plantean un serio reto a las autoridades y al presidente sirio Bashar al-Assad, que ha cumplido este mes cinco años de intenso respaldo de EEUU en la cuestión de El Líbano.

"Lo que ha sucedido en Túnez y en Egipto no es solo por hambre, es por orgullo nacional", dice Mazen Bilal, editor de Suria a-Ghad, una web de noticias políticas.

De forma crucial, además, la reforma del gobierno de la economía es mantener un sistema de apoyo que alivie los peores efectos de la pobreza.

"Egipto y Túnez aplican los principios del libre mercado pero no Siria. El Gobierno sigue controlando los indicadores clave de la economía", explica Bilal.

Abdullah Dardari, vice primer ministro para Asuntos Económicos, dice que cinco años de reformas han permitido incrementar los ingresos por encima del crecimiento de la inflación, con un incremento mayor del poder adquisitivo de los pobres frente a los ricos.

Aunque la pobreza sigue siendo alta, y uno de cada diez sirios viven en la pobreza, las cifras están muy por debajo de la tasa del 40% que hay en Egipto. Las cifras oficiales reflejan que los desempleados en Siria bajaron de más del 12% en 2005 al 8,1% en 2009, una tasa más baja que la tasa oficial de Egipto, donde algunos analistas la sitúan en el 25%. Y en cuanto a los salarios, en Siria han subido a unos 200 dólares en los últimos años, más del doble que en Egipto.

A lo largo y ancho de Damasco se ven cada vez más signos de una clase media floreciente, desde un centro comercial construido con una elegante piedra arenisca, cafés de Costa Rica o una luminosa galería de arte a entidades bancarias libanesas que empiezan a abrir por primera vez sus sucursales. 

Pero como dice un joven doctor mirando a las cámaras dentro de un cibercafé: "aquí todo está bajo control, incluso aunque parezca abierto".

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