Solidarios en acción: Jugar para salvar a los niños pobres de Buenos Aires

  • En la capital de Argentina hay numerosas familias de escasos recursos que viven hacinadas en habitaciones de hoteles abandonados. No tienen ni cocina ni baño propios y los hijos mayores 2013aunque sólo tengan ocho años- a menudo se tienen que ocupar de los más pequeños. La fundación Abrir la Puerta quiere que estos niños disfruten de su infancia y no se hagan adultos antes de tiempo. ¿Su misión principal? Jugar.

Es lunes por la tarde y los niños del barrio de Montserrat en la Ciudad de Buenos Aires acuden a la ludoteca que la fundación Abrir la Puerta inició hace cinco años. Son pequeños de tres a doce años que provienen de familias numerosas 2013de tres hermanos- con recursos escasos, en muchas ocasiones inmigrantes de países vecinos menos prósperos económicamente como Perú y Paraguay.

Sus padres son 'muy jóvenes ', según apunta la Presidenta de la fundación y maestra de primaria, Graciela V. de Palazzo, o Lila, como le gusta que la llamen. La mayoría de las familias viven como okupas en habitaciones de hoteles abandonados.

Sólo unas pocas familias pagan un alquiler a los dueños que se molestan en reclamarlo, según cuenta Carina Palladino, técnica en recreación (educación complementaria) y responsable de la juegoteca de Montserrat: 'La mayoría están instalándose [viviendo] en antiguos hoteles abandonados, sin cocina propia ni baño propio. A veces hay un dueño que sí les cobra un alquiler. [En otras ocasiones,] pasados dos años les desalojan y vuelven a buscar otro sitio igual'.

Lila comenta que 'es una realidad muy difícil, pues viven todos [padres, hijos, tíos y primos en algunos casos] en una sola habitación, donde no hay un lugar para jugar o correr. Por eso es tan importante que tengan lugares como las juegotecas de la fundación para que puedan hacer lo que realmente deben a esa edad que es ¡jugar!'. Y es que el juego es vital para el buen desarrollo de la personalidad de un niño, según los pedagogos.

'A menudo se toma el juego como una pérdida de tiempo, algo sin importancia, quizá por falta de saber los beneficios que trae el juego en el desarrollo de la personalidad de los niños y niñas', reflexiona esta maestra.

Hace más de 10 años, Lila V. de Palazzo conoció un programa de ludotecas de barrio organizadas por el Ayuntamiento de Buenos Aires. 'Empecé a guardar cajas con juguetes, juegos de mis hijos, a medida que iban creciendo con la idea de alguna vez poder empezar con este proyecto', recuerda. La Asociación por el Derecho del Niño a Jugar de Argentina (IPA) les asesoró a ella y a su equipo para fundar sus ludotecas y también les proporcionaron formación como ludoeducadores.

El objetivo de la Abrir la Puerta es que los niños puedan disfrutar de su infancia y no tengan que ejercer de adultos antes de tiempo cuidando a sus hermanos menores mientras sus padres les tienen que dejar en casa para poder trabajar.

Y no es que un adolescente cuide a los demás. Sin cumplir ni los 10 años ya ejercen de padres. 'La mayoría de los niños llegan y se van solos. Hay uno con cinco años que viene con su hermano de 9. Viven en la misma cuadra [manzana] y vienen solos. A veces viene otro niño que tiene 3 años, y viene con su hermana que tiene 10'.

¿Y los padres? La responsable de la ludoteca de Montserrat asegura que no se trata de niños que estén desatendidos, al menos no completamente: 'Nos cuesta hablar con los padres. La mayoría de las madres no vienen. Vamos a buscarlas a las casas o hacemos actividades especiales en un parque, por ejemplo, y algunas vienen'. Todos están escolarizados y reciben el desayuno y el almuerzo en la escuela, aunque 'el problema es que por el trabajo de sus padres o por cualquier razón no van siempre a la escuela'.

Lila V. de Palazzo explica que con el juego el niño 'descubre, observa, explora y comprende el mundo que lo rodea, y toma conciencia de sí mismo'. También contribuye a su desarrollo imaginativo, social y físico.

Escuchando a Lila, parece que las bondades del juego son infinitas. 'El juego es una actividad placentera que aporta autoestima y permite descargar tensiones para lograr un equilibrio emocional y afectivo'.

Un equipo de psicólogas y sociólogas voluntarias de la Fundación están terminando la primera parte de un estudio para evaluar el impacto de las ludotecas en los niños. De momento, el análisis destaca 'el grado de integración que [los niños] tienen con el nuevo, la tolerancia a la frustración -es decir saber que a veces se gana y otras se pierde- y la aceptación de reglas de convivencia'.

Carina Palladino explica que además de jugar con los pequeños dos horas las tardes de cada lunes y miércoles, también realizan una ronda en la que preguntan a los niños cómo les ha ido el día. 'Llama la atención la necesidad que tienen de ser escuchados y de ser protagonistas. A veces no contestan a lo que les hemos preguntado, sino que cuentan otra cosa que les preocupa, y todos quieren hablar'.

La fundación Abrir la Puerta atiende a alrededor de 120 niños al año en las dos ludotecas fijas que tiene en la ciudad de Buenos Aires o en actividades esporádicas. Un 45 por ciento de estos niños participan de forma continuada.

La organización se financia en la actualidad gracias a las ayudas del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, de dos empresas internacionales -el banco BSCH y Toyota- y de particulares. Pero este mismo año, la organización planea ofrecer 'talleres de juegos' a escuelas privadas o empresas que les paguen por el servicio y con ello poder solventar los gastos de los otros programas que son totalmente gratuitos.

'La idea es poder formar una red de juegotecas
y estaría buenísimo ir más allá de Buenos Aires, pero para ello necesitamos ayuda económica', concluye Palazzo.

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