El megatúnel ferroviario de San Gotardo, bajo la cordillera de los Alpes, ha protagonizado este lunes una inauguración de récord: se ha coronado como el más largo y profundo del mundo. El paso se extiende hasta los 57,1 kilómetros a través de la formación montañosa y, en algunos puntos, llega a contabilizar los 2.300 metros de profundidad bajo la roca. Estos números hacen del túnel una proeza de la ingeniería humana que ha necesitado casi veinte años de esfuerzo y cuyo coste supera los 10.000 millones de euros.
RT @GeotechTips: "El túnel Gotthard, a través de los Alpes suizos, descansa a 800 m debajo de la superficie." pic.twitter.com/ufqumDPs7v
— solestudios (@solestudiosing) June 29, 2015
El tan disputado enlace ferroviario Lyon-Turín ha experimentado un hito histórico al término de los primeros nueve kilómetros de su galería base bajo la cordillera alpina, según ha informado la agencia AFP. Si toda la línea de tren se extenderá hasta los 270 kilómetros, la sección transfronteriza de Saint-Jean-de-Maurienne (Saboya) en Susa (Piamonte) supone el enlace central.
Hace un par de años, en Suiza ya se hablaba del túnel de Gotardo como el nuevo 'símbolo nacional', incluso se empezaron a retransmitir las obras en directo en las televisiones de la región. Por ello, el país se ha vestido de fiesta este lunes y ha celebrado el triunfo mundial de los casi sesenta kilómetros de recorrido entre la localidad suiza de Erstfeld y la italiana de Bodio.
Se calcula que, para realizar la galería, se han extraído alrededor de 24 millones de toneladas de roca, ya que este tramo cubre una distancia similar a la que separa a Madrid de San Lorenzo de El Escorial o a Barcelona de Manresa.
Está previsto que el Túnel de Gotardo reduzca el trayecto en tren desde Zúrich (Suiza) a Milán (Italia) en una hora y media. Casi tres mil personas entre ingenieros, geólogos, obreros y otros han trabajado para este proyecto de la empresa suiza Alp Transit.
La inauguración de un hito
Este lunes, en presencia de numerosos funcionarios, la perforadora Federica ha traspasado de forma simbólica el último pedazo de roca del trayecto, durante una ceremonia con recursos de luces y sonido. Pasadas las 11.30 de la mañana, en medio de una nube de polvo, la cabeza del aparato parecía aplaudir como el resto de los asistentes al acto. Según dicta la tradición, los empleados salieron uno por uno de esta máquina de casi dos metros de diámetro, por una escotilla ondeando banderas francesas e italianas.
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