Un joven se juega la vida al grabar una de las ciudades invadidas por el EI

Cuando el Estado Islámico destrozó la ciudad siria de Raqqa en 2013, Abou al-Cham nunca pensó en huir. Decidió quedarse y arriesgar su vida para que el mundo pudiera ver en primera persona cómo se las gasta el grupo terrorista. A lo largo del tiempo Abou ha podido compartir en su cuenta de Facebook algunas situaciones de vecinos y amigos que fueron captados por el EI.

Abou, -nombre ficticio- trabaja en una tienda de ultramarinos y decidió compartir su visión sobre cómo una ciudad puede ser destrozada en cuestión de horas. "Es lo único que quería, que el mundo viera con sus propios ojos el drama que estamos viviendo", dice el joven de 26 años, que asegura que ya ha sido amenazado en varias ocasiones por haber grabado.

Ante la falta de luz y agua en muchos puntos de la ciudad, Abou busca el remedio para subsistir. "Antes de que el EI nos invadió, trabajaba en una empresa de telecomunicaciones para el Ejército sirio y me vi obligado a dejar la ciudad pero meses más tarde volví".

Abou sentía la necesidad de conocer qué era lo que el EI iba a hacer. "Estuve en prisión casi un mes por razones que no puedo decir. Me echaron de mi casa y desde entonces me quedo en la de un amigo". El joven es consciente que si le cogen preso puedo enfrentarse a la condena por pena de muerte por espia.

Muchos medios de comunicación se ha puesto en contacto con Abou pero ha rechazado cualquier tipo de colaboración ya que no está de acuerdo con lo que le piden. "Un medio me pidió que filmara el centro de operaciones del EI pero me negué".

El joven no tiene miedo y hace fotos a cualquiera sabiendo las consecuencias. Abou puede viajar libremente por los pueblos y sitios donde el EI no está presente ycuando está muy estresado prefiere viajar a Turquía y respirar aire fresco junto a sus amigos.