Un refugiado iraquí: "Perdí a mi madre y mis hermanos por ser cristiano"

    • Isaac es un refugiado iraquí que tuvo que sobrevivir bajo las amenazas en contra de su religión. Es cristiano y no aguantó las contínuas amenazas de grupos islamistas.
    • Tuvo que mudarse dos veces de ciudad, perdió a su madre y a su hermana en un atentado terrorista después de ser secuestrado.

Después de la primera guerra del golfo, Leith y Haytham murieron en condiciones terribles. Eran hermanos de Isaac, el protagonista de esta espeluznante historia. Este refugiado iraquí cuenta cómo tuvo que salir de su país natal en busca de la felicidad.

Sus hermanos eran soldados en el ejército en primera línea de batalla en la frontera Iraq-Kuwait. "Después de la guerra lograron huir y evitar la zona de combate pero cogieron el barco equivocado y perdieron la vida en el mar en 1992", recuerda Isaac, de 34 años.

Desde la guerra de 2003 y la caída del régimen de Saddam Hussein, la familia de Isaac aguantó múltiples amenazas hasta que huyeron de la guerra a Francia.

Esta familia cristiana vivía del trabajo del progenitor que residía en un barrio tranquilo de Bagdad. "Desde el año 2000, mi padre regentaba una tienda de ultramarinos y le ayudaba cuando salía de la escuela militar", asegura Isaac.

Más tarde, en 2005, Isaac empezó a trabajar en la parroquía Al Sououd pero tuvo que dejar de ir. "La milicia chiíta del ejército de Al Mahdi se apoderó de un terreno cerca de la parroquia y construyeron una mezquita. Varios islamista esperaban a la salida de la iglesia y nos amenazaban para dejar la iglesia. Gritaban sus oraciones por megofonía para no dejarnos en paz", recuerda Isaac.

A los pocos días un cohete destrozó la iglesia y hubo muchas pérdidas humanas. La misma milicia tomó poco a poco el control de barrio, en Sadr City.

"Cada día era un infierno. No podíamos vivir en paz. Nos espiaban y amenazaban para que dejáramos nuestras casas. Si no lo hacíamos, nos cortarían el cuello", asevera Isaac

En 2006, un hombre conocido bajo el nombre de Abou Ali, llamó a la puerta "para que nos fuéramos por no ser musulmanes. Un día nos encontarmos la puerta de nuestra casa llena de basura y ratas alrededor".

Ante las continuas amenazas, Milad, uno de los hermanos de Isaac estuvo cerca de perder la vida en un atentado en una escuela.

Isaac no podía más y decidió hacer las maletas con el resto de su familia. "Nos instalamos en Kurdistán en casa de un tío de mi padre, en Duhok. Más tarde nos fuimos a Hawraské pero las condiciones de vida eran miserables. Vivíamos en una casa sin agua, ni electricidad y sin poder trabajar". En Kurdistán "no querían a los cristianos".

En 2007 decidieron volver a Bagdad. "Volver a casa era impensable y demasiado peligroso y nos quedamos en casa de un primo".

Allí, Isaac consiguió un trabajo de taxista. "Tuve la suerte de encontar trabajo al poco tiempo de volver. Me mandaron cubrir la línea Kurdistán-Bagdad, una de las más peligrosas".

En uno de esos viajes, Isaac fue sorprendido por un grupo de encapuchados y secuestrado. "Iba con una pareja cuando de repente nos sorprendieron y nos apuntaron con pistolas. A mi me golpearon y perdí el conocimiento hasta que me desperté en una habitación oscura y con tres personas más".

A Isaac no le dieron ni de beber ni de comer durante tres días. "Me habían golpeado tanto que no me podía mantener en pie. No podíamos hablar entre nosotros. Me quedé solo y cuando volvió uno de ellos le pregunté por el otro compañero y me dijo que le había degollado".

"Me habían secuestrado y torturado porque era cristiano. Sin darme ninguna explicación, al tercer día me llevaron a alguna parte y me dejaron como a un perro", recuerda Isaac.

El joven volvió a casa de su primo. Su familia había pagado por el rescate 15,000 dólares.Un final fatídico

Pocos meses después de reencontrarse con su familia, Isaac viviría uno de los peores días de su vida. "Un día mis dos hermanas y mi madre iban en coche por la carretera cuando de repente dos integristas kurdos provocaron un accidente y mi madre perdió la vida. Mi hermana salió grave del accidente pero después de 40 días en el hospital murió".

A partir de ese momento Isaac decidió no separarse más de su familia. "Tuvimos que escondernos durante varios días para poder sobrevivir. La situación era tensa y no podíamos seguir en Bagdad.

Ya de madrugada y bajo el amanecer, Isaac y los suyos partieron hacia Paris donde ahora residen y se ganan la vida dejando atrás el sonido de las bombas y las amenazas.

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