Un verdadero Wall E para recoger basura

  • Científicos italianos desarrollan un robot que puede revolucionar el mundo de la recolección de los desperdicios.
Fulvio Paolocci y Angelica Marin —GlobalPost para lainformacion.com
Fulvio Paolocci y Angelica Marin —GlobalPost para lainformacion.com

PECCIOLI (Italia) — En esta villa italiana del siglo octavo, entre colinas de la Toscana, todo el mundo habla sobre la basura. Incluso en los restaurantes, mientras saborean las especialidades locales, se pregunta a los turistas qué opinan sobre la basura.

Desde finales de la década de 1980 nada hace más felices a los habitantes de Peccioli que recoger la basura. Fue por esa época cuando la ciudad construyó uno de los vertederos más modernos de Italia, diseñado para reciclar y producir energía verde. Durante 20 años, la basura ha sido el negocio más rentable de Peccioli.

Así que cuando un grupo de jóvenes investigadores de una universidad cercana en Pisa llamó al ayuntamiento y pidió permiso para desarrollar una prueba de robótica, sólo tuvieron que decir fue la palabra mágica: basura.

Durante una reciente prueba desarrollada en la plaza principal de Peccioli se pudo ver el futuro de la recolección de basura, sobre dos ruedas, redondo y brillante, provisto de brazos y dos grandes y estimulantes ojos. Mientas los adultos no perdían detalle de la operación provistos de cámaras, cantidad de niños miraban con cierto temor al mayor "e;juguete"e; que habían visto jamás.

Aparato revolucionario

DustCart es un prototipo de robot que parece sacado de la película de animación Wall-E. Pero es que, además de adorable, podría revolucionar la recolección de desperdicios en muchas pequeñas ciudades de Italia, en donde los tradicionales camiones de basura se quedan atascados en muchos callejones.

Los jóvenes investigadores transformaron la plaza en un laboratorio al aire libre, tirando cables por el suelo empedrado, instalando webcams en las esquinas de las calles e instalando una sala de control para monitorear todos los movimientos de DustCart.

"e;Ahora, nuestro colega va a simular ahora la llamada de un usuario"e;, explicó un investigador. A continuación, al igual que un taxi que responde a una llamada, DustCart atravesó la plaza para encontrarse con la persona que reclamó sus servicios. El robot pidió al usuario un código que le identifica y que también controla la basura que deposita. También preguntó que tipo de basura era la que depositaba (orgánica, reciclable o de otro tipo). A continuación, DustCart abrió el cubo que lleva en el estómago, recogió la basura y la llevó hasta un vertedero falso habilitado para la prueba.

"e;El principal beneficio que esperamos tanto para el proveedor como para los usuarios es que este servicio esté disponible cuando se necesite, en función de la demanda"e;, asegura Paolo Dario, el científico que está al frente del Departamento de Robótica de la Scuola Superiore Sant'Anna. Dario asegura que DustCart podría ser también una respuesta a la contaminación acústica que genera el sistema de recogida de los camiones. En ciudades como Roma, por ejemplo, la basura se recoge a media noche. Para resolver este problema, DustCart funciona con un motor silencioso con batería de litio.

Análisis del aire

El robot está también equipado con sensores especiales que controlan sustancias contaminantes, el nivel de CO2 y la temperatura del aire. "e;Una flota de DustCarts podría enviar datos precisos sobre el aire que respiramos, en tiempo real"e;, asegura Barbara Mazzolai, gerente del proyecto.

DustCart evita los obstáculos estáticos gracias a la información que lleva pregrabada sobre el entorno físico. Además, se detiene frente a los objetos que se mueven gracias a unos sensores. No obstante, el tiempo general de reacción sigue siendo demasiado lento para el mundo real. Introducir a DustCart en las congestionadas calles de las capitales europeas aún parece lejano. "e;Todavía tenemos que trabajar, pero vamos por el buen camino"e;, admite Mazzolai.

Afortunadamente, el equipo de investigación tiene el tiempo y el dinero para continuar con su trabajo. DustCart es parte de un proyecto denominado DustBot, dotado con 3,9 millones de dólares (2,5 millones de ueros), que empezó en 2006 a implementar en la sociedad robots útiles, para tareas tales como limpiar las calles.

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