¿Es real la amenaza de una "guerra sagrada" en Corea?

  • La Historia nos puede dar algunas pistas sobre qué esperar de Corea del Norte cuando amenaza con enfrentarse a su vecino del Sur. Y aunque desde 1950 el Norte no ha repetido su invasión, los últimos acontecimientos advierten a los surcoreanos de que por lo menos, deberían mantenerse vigilantes.

Baterías de misiles para defender Londres 2012 de un posible ataque terrorista
Baterías de misiles para defender Londres 2012 de un posible ataque terrorista
Bradley Martin, Fairbanks (Alaska) | GlobalPost

La Historia ofrece algunas pistas sobre qué esperar de Corea del Norte cuando amenaza con "librar una guerra sagrada" contra el Gobierno de Corea del Sur y sus aliados. En todas las décadas transcurridas desde el inicio de la Guerra de Corea el 25 de junio de 1950, el Norte no ha repetido su invasión al vecino del sur.

Eso sin duda resultaría más tranquilizador si el régimen no hubiese mostrado reiteradamente su determinación a no parecer un fanfarrón, un tigre de papel.

En diferentes incidentes en 2010, tras varias amenazas de "venganza", efectivamente el Norte hundió al buque Cheonan, de la flota naval de Corea del Sur, y bombardeó las islas de Yeonpyeong, limítrofes entre ambos países.

Aunque no llegaron a ser una guerra abierta, esos dos ataques (al igual que otros anteriores, como la captura en 1968 del barco espía de EEUU Pueblo) resultaron una provocación seria y letal.

El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak, y las empresas de información conservadoras de Corea del Sur, los dos grupos amenazados específicamente por las últimas amenazas del Norte, tendrán que mantenerse pues vigilantes.

La retórica actual es fruto del resentimiento de Corea del Norte por los comentarios hechos en el Sur criticando la enorme y larga conmemoración de los 100 años del nacimiento del fundador del país, el fallecido dictador Kim Il Sung, el 15 de abril.

El plato central de la celebración fue el lanzamiento de un cohete, supuestamente destinado a colocar un satélite en órbita. Pero a ojos de Corea del Sur y de EEUU era un ensayo de la tecnología de misiles que está desarrollando el hermético país. Para gran humillación del Norte, el lanzamiento fue un fracaso.

Haciéndose eco de ello, el Gobierno de Corea del Sur y los comentaristas de los medios aprovecharon para cuestionar la prioridad que el Norte ha dado a lo largo de su historia a ese tipo de circo en detrimento de pan para el pueblo, y a los cañones en lugar de mantequilla.

"El traidor Lee Myung Bak ha soltado unos insultos tan malignos que sólo pueden salir de un tiburón: que el Norte pueda gastar una cantidad ridícula de dinero por las celebraciones del centenario del nacimiento del presidente Kim Il Sung y que esa cantidad de dinero sería suficiente para comprar una gran cantidad de comida", se quejó el portavoz de Exteriores del Norte en un comunicado difundido el pasado domingo.

De hecho, en un discurso por radio el 16 de abril Lee calculó que el régimen podría haber usado el dinero que gastó en la fiesta de aniversario en comprar maíz suficiente para alimentar durante seis años a su población, en hambre perenne.

Como Lee y sus aliados se atrevieron a criticar una fiesta tan sagrada para el Norte, considerada "el mayor aniversario en la historia de la humanidad", los militares y la población están "temblando con resentimiento irreprimible", afirma el comunicado del ministerio. "Ahora están esperando ansiosamente una orden para poder castigar sin piedad al traidor".

Si hay razones para esperar que de la actual oleada de amenazas no salga finalmente nada es que el comunicado dice que están "esperando" una orden.

El viernes 20 de abril el régimen llenó la plaza de Kim Il Sung en Pyongyang con filas perfectas de decenas de miles de soldados y civiles reclamando apasionadamente la sangre de los del sur. Portavoces de varios grupos en el norte dijeron que el nuevo líder, Kim Jong Un, tan sólo tenía que dar la orden y que ellos la acatarían.

En otras palabras: al igual que ha pasado otras cuantas veces a lo largo de las últimas décadas, la gigantesca arma de un Ejército y un pueblo furioso se ha amartillado. Ahora es cuestión de que Kim (el nieto veinteañero de Kim Il Sung) se decida, si quiere, a apretar el gatillo y ordene entrar en acción.

Por otro lado, el pasado lunes una unidad militar llamada el "Grupo de acción de operaciones especiales" emitió un mensaje advirtiendo que "las acciones especiales de nuestras fuerzas armadas revolucionarias comenzarán pronto para enfrentarse al desafío temerario del grupo de traidores".

"Los objetivos son el grupo de traidores de Lee Myung Bak, los criminales notorios y el grupo de ratas, incluyendo los medios conservadores destruyendo el pilar de la opinión pública justa", afirmaba el comunicado ministerial difundido por la agencia de noticias norcoreana (una búsqueda en los artículos de la agencia KCNA desde enero de 1996 no encuentra ninguna otra referencia a dicho grupo de operaciones especiales).

"Una vez dichas acciones especiales comiencen, se reducirán todos los grupos de ratas y las bases para la provocación serán cenizas en tres o cuatro minutos", añade la declaración. Las acciones emplearán "formas y métodos peculiares, sin precedentes en nuestro estilo. Nuestras fuerzas armadas revolucionarias no hablan en vano".

Entre los agravios mencionados por dicho grupo especial figura el alarde hecho por los militares de Corea del Sur hace una semana diciendo que sus nuevos misiles pueden alcanzar cualquier parte del Norte.

El comunicado incluye además una lista de medios de comunicación declarados hostiles por su implicación en una campaña para "crear una opinión pública a favor del grupo de las ratas". En dicha lista figuran KBS, MBC y YTN, así como el periódico Dong-A Ilbo, que tiene su redacción central en el centro de Seúl.

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