Una nueva jornada sangrienta en Afganistán deja al menos 36 muertos

  • Kabul.- Varios enfrentamientos armados entre talibanes y fuerzas gubernamentales y extranjeras en Afganistán han dejado en las últimas horas a 36 personas muertas, la mayoría de ellas presuntos talibanes, según informaron hoy fuentes oficiales.

Una nueva jornada sangrienta en Afganistán deja al menos 36 muertos
Una nueva jornada sangrienta en Afganistán deja al menos 36 muertos

Kabul.- Varios enfrentamientos armados entre talibanes y fuerzas gubernamentales y extranjeras en Afganistán han dejado en las últimas horas a 36 personas muertas, la mayoría de ellas presuntos talibanes, según informaron hoy fuentes oficiales.

Entre las víctimas mortales figuran cuatro miembros de la misión de la OTAN, la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistan (ISAF), se informó en un comunicado que no precisa la nacionalidad de los muertos, según el protocolo habitual en estos casos.

En el comunicado solo se afirma que murieron a causa de la explosión de una mina "en el este de Afganistán", sin proporcionar más detalles del ataque.

La mayor parte de los incidentes tuvieron lugar en esa región, una de las zonas donde la actividad de los insurgentes, que han desatado una ofensiva por todo el territorio afgano, es más intensa.

En la provincia nororiental de Laghman, cuatro personas resultaron muertas y catorce heridas cuando un suicida hizo explotar a mediodía su carga en un concurrido restaurante en el mercado del distrito de Ali Shing, informó a Efe el portavoz del gobierno provincial, Faizullah Pathan.

"Los muertos eran ancianos líderes tribales y los heridos civiles que estaban almorzando en el restaurante", explicó Pathan.

Según la versión talibán, dada a Efe por el portavoz insurgente Zabiulá Muyahid, los muertos eran comandantes de las milicias progubernamentales y los heridos, sus guardaespaldas.

Por otra parte, siete presuntos talibanes resultaron muertos en la cercana provincia de Kunar tras atacar un convoy de tropas de la misión de la OTAN en el distrito de Kanda Nurgul, según informó a Efe el jefe de policía local, Jalilulá Ziyaí.

En otro suceso armado, siete personas murieron cuando un comando talibán atacó la pasada madrugada las obras de una carretera en la provincia oriental de Ghazni, confirmó hoy a Efe el portavoz provincial, Maruf Ayubi.

Un número no especificado de insurgentes atacaron a los trabajadores de la obra y se desencadenó un tiroteo entre los talibanes y los guardas de la compañía constructora, que dejó como resultado a un trabajador y seis atacantes muertos.

La semana pasada, un ataque similar de los talibanes en la cercana provincia de Paktia terminó con 43 víctimas mortales, casi todas trabajadores de la compañia de construcción.

Los grupos insurgentes tienen como objetivo prioritario el control de los principales ejes viarios del país para nutrir sus arcas mediante la extorsión a las compañías constructoras y, a la vez, para interferir en el transporte de tropas y mercancías del gobierno y las tropas internacionales.

La agencia afgana AIP informó hoy también de dos choques armados en las provincias norteñas de Jawzjan y Sar-i-Pul que acabaron con la vida de al menos una decena de presuntos insurgentes.

Según fuentes oficiales de la policía citadas por AIP, un enfrentamiento entre la policía afgana y los talibanes dejó otros tres insurgentes muertos en Jazwjan, aunque según un portavoz talibán, que admitió el choque, solo hubo dos heridos en el bando insurgente.

Mientras, la policía de la provincia de Sar-i-Pul informó a AIP de la muerte de un cabecilla talibán junto a seis miembros de su grupo en un incidente en el que, al parecer, uno de los guardaespaldas del líder talibán disparó contra su propio jefe y sus compañeros, sin que se hayan dado más detalles del incidente.

El ministerio de Defensa afgano, por otra parte, informó hoy de la muerte de cuatro soldados afganos en dos ataques talibanes en las últimas 24 horas en las provincias de Farah, al oeste, y de Kabul, al este.

La ofensiva que los talibanes han puesto en marcha desde el primero de mayo y que denominan "Badar" ha provocado ya centenares de víctimas, muchas de ellas civiles, y no para de aumentar la presión sobre las fuerzas afganas e internacionales apenas dos meses antes de que empiece la retirada gradual de las tropas de EEUU.

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