El alto el fuego está lejos de ser una realidad en Siria. En la mañana de este lunes se han producido una serie de explosiones contra varios centros de las fuerzas de seguridad sirias en un provincia del norte del país: Idlib.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha denunciado la muerte de más de 20 personas, mientras que la televisión oficial ha cifrado los fallecidos en al menos ocho personas y decenas de heridos.
En un mensaje publicado en su cuenta de la red social Facebook, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización siria independiente con sede en Londres (Reino Unio), ha explicado que la mayoría de los fallecidos son agentes de las fuerzas de seguridad del régimen que lidera Bashar al Asad.
Además, ha asegurado que la sede del Gobierno de Rif Dimashq ha sufrido un atentado con coche bomba que podría haber acabado con la vida de varias personas. La detonación ha tenido lugar cerca de la sede de la compañía de construcción Al Dimas.
Sin embargo, la televisión oficial mostró imágenes de los daños causados por las explosiones, supuestamente de gran magnitud, en las que se pueden ver edificios, despachos y casas destruidas, además de sangre derramada sobre las aceras.
La cadena estatal ofreció también imágenes de cadáveres destrozados y de niños y mujeres llorando, mientras algunos vecinos increpaban a los opositores sirios, a quienes responsabilizan de las acciones.
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