OPINION

El extraño caso de las Campanadas de TVE desde Canarias

Ruth Lorenzo y Roberto Herrera fallo campanadas canarias
Ruth Lorenzo y Roberto Herrera fallo campanadas canarias

Además de la celebración de la Puerta del Sol, TVE también realiza una gran retransmisión de las campanadas desde Canarias. Una hora más tarde, esta cita está pensada para atraer al público de la península y Baleares desde La 1 y  del mundo a través de los canales internacionales de la cadena pública (un saludo a los espectadores del canal internacional, que diría un presentador antiguo). Los canarios suelen vivir el cambio de año masivamente en su televisión autonómica y TVE es un buen escaparate para atraer a otros tipos de curiosos del exterior gracias a  las bondades isleñas. De hecho, la emisión se sostiene con un buen puñado de patrocinios ‘culturales’ sobre Las Palmas de Gran Canaria, lugar que acoge este programa especial.

Campaña publicitaria redonda. Más aún porque este año las uvas canarias han dado su propia campanada: han sido lo más visto de la Nochevieja, superando a la emisión líder desde Sol, esta vez con Roberto Leal y Anne Igartiburu al frente.

A la una de la mañana, hora peninsular, la audiencia ya no estaba repartida entre tantos canales como a las doce de la noche, cuando el morbo por lo que mostraría Cristina Pedroche fragmentó más el consumo, restó adeptos a la tradición de seguir el despliegue de TVE y, por tanto, se repartió más la tarta de las audiencias. 

Como consecuencia, las campanadas canarias congregaron a más público que las nacionales. Paradojas de la batalla por las audiencias. Si Antena 3 con el efecto Cristina Pedroche logró un 28,7% de cuota media de share con 4.749.000 espectadores y TVE obtuvo una media de 28,8% de cuota de pantalla con 4.763.000 seguidores, el programa especial desde la Playa de las Canteras de La 1 fue lo más visto de esta peculiar noche con un 33,8 por ciento de share y 4.828.000 espectadores de media. 

A esa hora la audiencia ya no estaba tan repartida y lo único en directo vivo era este especial conducido por Ruth Lorenzo y Roberto Herrera. Un programa que triunfó en audiencias y, también, dejó un nuevo error para la historia de las retransmisiones de las campanadas. El dilema comenzó porque Herrera insistió en que nadie se preocupara, pues el reloj de la Catedral de Santa Ana no tenía cuartos. Sólo sonaba un carillón (de tres minutos) y directamente llegan las doce campanas para comerse las doce uvas.  Pero, oh, sorpresa, hubo un instante en el que el carillón parecía transformarse en un campanazo que no se sabía si era un cuarto o ya una campanada. Ahí, ante el dilema, Herrera se aceleró con un rotundo: “atentos, campanadas”. Ya se sabe, en el presentador del cambio de año siempre le planea el miedo a 'hacer un Marisa Naranjo', que confundió los cuartos con las campanadas en 1989...

En ese instante, una voz de fondo gritaba a Roberto Herrera “no, no, todavía no”. Y Ruth Lorenzo, rápida de reflejos, gritó “Espera, espera” para rematar, más tarde, con un “Ahora sí”, que la cantante redondeó con una risa sarcástica que relativizaba el fallo con una todopoderosa y curtida naturalidad todavía por explorar en televisión.

No pasaba nada, la espontaneidad cómplice con el público hizo entendible el traspiés y aún se estaba a tiempo de celebrar las doce uvas como manda la tradición del cambio de año. Es más, esa fiesta desde la Playa de las Canteras estaba consiguiendo más espectadores de media que Cristina Pedroche y el cotilleo nacional por su vestido. La televisión es imprevisible...

Borja Terán.

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