OPINION

El ingrediente secreto de 'MasterChef' para que la audiencia no se desgaste

Jurado 'MasterChef'
Jurado 'MasterChef'
Jurado 'MasterChef'
El jurado, los personajes antagonistas que utilizan los grandes programas de éxito.

El espectáculo en televisión se ha homogeneizado. Los programas se atan a estructuras testadas internacionalmente de las que parece difícil salirse. Un claro ejemplo es en el caso de los concursos de talentos, los denominados talent show. Da igual que sean programas de aspirantes a cantantes, de imitadores, de magos o de cocineros. Siempre se contrapone la actuación del candidato a un jurado, más o menos mediático. Los jueces se han convertido en los antagonistas de los formatos estelares de entretenimiento.

Porque, en el entretenimiento televisivo, como en la ficción, es importante contar con reconocibles antagonistas para equilibrar la balanza del espectáculo: para generar tensión, gag, argumentar errores y definir aciertos. No obstante, en un prime time de fórmulas televisivas globalizadas, esta función de 'oposición' la han adquirido prácticamente en exclusiva los jurados de los programas, como si no existieran otras opciones creativas de personajes que entren y salgan para dinamizar la escaleta. Todos los shows de máxima audiencia tienen su jurado: Operación Triunfo, La Voz, Tu cara me suena y, por supuesto, MasterChef, que esta noche ha vuelto con su versión infantil con niños resabiados.

Pepe, Jordi y Samantha son nombres que dan caché a MasterChef. Son un buen contrapunto a los aspirantes, pues transmiten dureza pero al mismo tiempo contagian un punto entrañable. Aunque, con tanto jurado, la televisión se está esposando a un modelo cada vez más previsible. Error, pues los creadores no deben olvidar la importancia de romper el guion con la creatividad que el espectador no se espera.

Chicho Ibáñez Serrador, experimentado en ficción, también supo que debía incorporar al Un, dos, tres... sus inolvidables antagonistas: Las Tacañonas y, además, el ritmo de la subasta final crecía con la aparición de personajes inesperados. Como si se tratara de una tele-serie, bajaban la escalera cómicos o invitados estelares con una función argumental clara para romper el discurrir predecible del guion y hacer más grande el programa de máxima audiencia.

Ahora los programas cuentan con una fórmula más estática: actuación, juicio del jurado; receta, dictámen del jurado. Así (casi) todo el rato. Sin embargo, la mejor televisión es la que no se queda en la fórmula cuadriculada y se atreve con el imaginativo giro de guion que asombra porque pilla desprevenido al público. En este sentido, el éxito de MasterChef se escribe porque va probando nuevas dinámicas, nuevas pruebas y hasta nieva en el plató si hace falta. Incluso inventándose nuevos personajes. Es la forma que el programa envejezca mejor.

Así sucederá esta temporada con la incorporación de Chefito, un robot que ayuda a los pequeños cocineros de MasterChef Junior. Un nuevo aliciente que da mucho juego a la hora de propiciar y mostrar la picaresca de los más peques. Porque los niños pueden pedir ayuda a este particular humanoide aunque, eso sí, sólo cuando no se enteren sus chefs Pepe, Jordi y Samantha. Acierto como elemento que incentiva la travesura infantil en el discurrir del programa. Ahora habrá que ver si el robot funciona o se queda rallado. 

Chefito, MasterChef
Él es Chefito.
INGREDIENTES

La receta televisiva que contiene un ingrediente intangible

Tres versiones seguidas de MasterChef -adultos, niños y celebrities- podrían convertir en repetitiva la dinámica del programa para un espectador, con una oferta televisiva tan amplia, que se cansa más rápido que nunca. Sin embargo, el talent show culinario sabe jugar con el ingrediente intangible perfecto: las ideas. Piruetas de guion que introducen pruebas diferentes, visitas a exteriores curiosos y nuevos personajes que renuevan constantemente la trama y descubren nuevas peculiaridades de los concursantes. El resto ya viene rodado: la química del jurado, funciona; la verdad de los niños, emociona. Y todo narrado por una guía, Eva González, que pone orden con ese punto cómplice con la audiencia, concursantes, invitados y jueces que es pilar crucial para el triunfo de un buen programa de prime time.

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