OPINION

El susto múltiple de Ellen DeGeneres: la importancia del gag que no se queda a medio gas

Sustos Ellen
Sustos Ellen

Lo que comenzó como una simple broma de Halloween, se ha convertido en un sello característico del show de Ellen DeGeneres. Los entrevistados de este programa saben que pueden sufrir un buen susto en directo. Pero da igual, el formato siempre consigue realizarlo de la forma idónea para que les pille de imprevisto.

La travesura infantil es infalible en televisión, pues arranca esa espontaneidad incontrolable que no es habitual ver en las celebrities. DeGeneres y su equipo juegan con destreza sus cartas en tal cometido: han impregnado a su show de esta locura naif de cuando éramos niños, pero dotándola de una inteligente modernidad que se fluye gracias a la carismática capacidad de improvisación de la cómica y presentadora.

Pero los sustos de DeGeneres ya están muy trillados. No sorprendían como antes. Incluso han sido copiados hasta la extenuación por programas de la competencia y hasta de otros países. Aquí en España lo hizo La noche de Rober, que, bueno, tampoco nadie recuerda.

Así que tocaba dar una vuelta de tuerca a la idea y lo ha sufrido la actriz Sarah Paulson ( American Horror Story), que creía que, esta vez, iba a ser ella la que diera el sobresalto a Ellen. Y sí, dio el susto a la presentadora.

Sin embargo, los maquiavélicos guionistas ya tenían preparado un giro dramático. También había un hombre camuflado con las plantas del fondo de la escenografía del programa para asustar a la asustadora . Ahí Sarah empezó a sufrir una coreografía de sustos, bien diferenciados y bien calculados, que fueron salpicando todo su encuentro con Ellen DeGeneres cuando ya estaba relajada en plena entrevista.

Es la televisión que no se queda a medio gas y lleva el gag hasta las últimas consecuencias. Sin avisar previamente al espectador de lo que sucederá y el espectador disfruta ingenuo de una emisión en crescendo que no frena de fechorías con una invitada que grita muy bien.

Atención, este vídeo contiene inesperados sustos. Abstenerse los que no quieran asustarse o, en su defecto, desternillarse con esa indubitable picardía que mantenemos desde la niñez y que se basa en disfrutar viendo asustarse a nuestros congéneres.

Ellen DeGeneres lo explota en su chispeante show que ha dado la vuelta a los programas diarios en Estados Unidos, donde el ingenio del humor ha ganado al morbo del testimonio sensacionalista. Con el tapiz de la comedia se habla de todo y encima se aprende a través del entretenimiento. No todos lo logran, porque hay pocas Ellen DeGeneres.

Primera parte del susto
Segunda parte de... los sustos
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