OPINION

La mentira como camino para triunfar en Telecinco

José Antonio Avilés en 'Supervivientes'.
José Antonio Avilés en 'Supervivientes'.

José Antonio Avilés es un concursante 'vip' de 'Supervivientes'. Aunque realmente pocos le conocen. Su popularidad se debe a una colaboración en el programa de Telecinco 'Viva la vida' en el papel de exagerado contertulio de la crónica rosa. Apareció de la noche a la mañana. 

Sólo tiene 23 años y ya se siente periodista del corazón. Sin ser nada de eso. En estos días, Telecinco rellena horas y horas de programación desmontando sus mentiras, que en sus propios programas se han alimentado. Porque si Avilés ha llegado hasta esta cadena es porque ha crecido hipnotizado viendo esta emisora y ha interiorizado como espectáculo televisivo el cotilleo de vender humo, materia prima principal del actual Mediaset.

Y, claro, existe una legión de fans de Telecinco que cree que un gran momento televisivo es simplemente una exclusiva prejuiciosa sobre alguien. Pobres, si hubieran visto aquellos programas, por ejemplo, de Rosa María Sardá en los osados años ochenta se hubieran percatado de que la pantalla es mucho más que eso.

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Así, nuestra televisión se ha ido empobreciendo. Para triunfar da la sensación que basta con lanzar una 'bomba' (¡BOMBA!) polémica sin ningún trasfondo ingenioso. En este sentido, Avilés es reflejo de esos programas que mamó. Imita a los 'colaboradores' prototípicos, con impostadas frases hechas y tics vacíos, que sentencian insinuaciones sin piedad. "Tengo una información", repite. Aunque no sabe qué es una información contrastada. El rigor da lo mismo, es una 'fake news' personificada. 

Al fin y al cabo, este joven refleja a una parte minúscula, pero muy ruidosa, de una generación que ha interiorizado que la imaginación televisiva es el corrillo del cotilleo en el que la verdad no importa. Lo más espectacular que han visto en la televisión es el efectismo de la apertura de la puerta de 'Gran Hermano' o, en el mejor de los casos, a Belén Esteban entrar como una diva por los pasillos de Telecinco. Una liturgia escénica que está muy bien en su contexto. Pero no, eso no representa a la creatividad televisiva en su máxima expresión.

En Telecinco están muy indignados por sus mentiras. Pero José Antonio Avilés sólo es fruto de la morbosa televisión de usar y tirar que vive del dime y direte, esa misma televisión que ahora está transformando su personaje en otro juguete roto. Avilés debería saber que iba a suceder tal desenlace. No obstante, ha llegado a la tele reproduciendo lo que ha visto. Y lo que es peor: la tele le ha demostrado que era cierto. Sin ningún talento y con la peor picaresca de la mentira, en efecto, ha acabado siendo recompensado y cumpliendo su sueño de participar en 'Supervivientes'. 

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