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La autenticidad de Mila Ximénez y lo que ha supuesto para la televisión

Mila Ximénez, en su regreso a 'Deluxe'.
Mila Ximénez, en su regreso a 'Deluxe'.
Telecinco

Mila Ximénez ha supuesto un punto de inflexión en la prensa rosa, pues representa una popularidad que moviliza públicos sin atarse a los clichés de la fama clásica. Esa fama que, sobre todo antiguamente, vendían las revistas del corazón a través de pedigrís hereditarios y vidas en yates de lujo con las que se podía soñar pero con las que era difícil identificarse. En cambio, Mila Ximénez ha representado justo todo lo contrario. Hasta en sus pataletas.

Regresó a la popularidad gracias a 'Aquí hay tomate' y aquella polémica entrevista sobre Encarna Sánchez donde dejaba clara su rivalidad con Isabel Pantoja. Desde entonces, ha participado en numerosos programas de Telecinco. De 'Crónicas Marcianas' a 'Sálvame', primero por sus declaraciones incendiarias; después porque ella misma supo convertirse en una presencia indispensable y coherente con el ADN de Telecinco. La audiencia se quedaba mirando cuando aparecía Milá Ximénez y narraba sus experiencias o exponía sus opiniones, fueran las que fueran. Porque, al final, hablaba desde la pasión de una vida curtida e incluso sufrida. Era más fácil sentirse representado por la imperfección de Ximénez que por aquella popularidad perfecta que intentaban vender las revistas del corazón de antaño.

Mila Ximénez era una mujer como tantas. Con sus grandezas, con sus miserias, con sus decepciones, con sus claroscuros. Y las compartía a cámara sin demasiadas corazas, sin demasiados filtros, con mucha y aparente transparencia. También cuando ha formado parte de realities como Supervivientes y Gran Hermano VIP. En este último participó un poco a regañadientes, probablemente por su lealtad y entrega a Mediaset, y allí generó célebres memes donde se mostraba con muchas más ganas de irse a su casa que de estar soportando los vaivenes de sus compañeros ávidos de tele. Incluso en ese mal carácter de Mila, en ese "estar harta de todo" y de solo tener ganas de que te dejen en paz, también era muy fácil conectar con ella.

Los colaboradores del corazón de 'Sálvame' han triunfado precisamente por su visceral autenticidad. Cada vez están más relajados, son más espontáneos, son más diversos dentro de su microuniverso de indignaciones, cotilleos y surrealismo. Tal vez porque se han percatado de que su éxito radica en que son tan humanos y vulnerables como todos y que esa proximidad es lo que les hace ser escuchados, vistos y hasta aplaudidos, sin necesidad de justificarse por lo que hacen.

Mila Ximénez ha representado esa popularidad de la cercanía. Su huella será la de haber acompañado durante un buen puñado de años al espectador que necesita ser acompañado por la televisión del entretenimiento y la evasión. Como esa vecina que no puede evitar desahogarse contigo y que acaba siendo tu amiga porque la terminas entendiendo y apreciando incluso cuando te echa la bronca.

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