OPINION

¿Por qué ya no funcionan las galas de entregas de premios televisivos?

PREMIOS DE LA ACADEMIA DE LA TELEVISION 2011
PREMIOS DE LA ACADEMIA DE LA TELEVISION 2011

Casi todas las lecciones televisivas que hemos aprendido sobre lo que no se debe hacer en una ceremonia de entrega de galardones se ignoraron en los últimos Premios de la Academia de la Televisión.

Curiosa contradicción, el pasado jueves, la gala de los profesionales de la televisión fue un ejemplo de antitelevisión: presentaciones eternas, ritmo eterno, tópicos eternos y discursos repetitivos eternos. La tele debe hacerse para los espectadores. Y eso, en este tipo de fiestas endogámicas, se nos olvida.

A veces los trabajadores de los medios de comunicación nos miramos demasiado el ombligo, creemos que al público le interesa lo mismo que a nosotros y abandonamos por completo a quien está al otro lado de la pantalla.

Luego dirán que las galas en televisión ya no son interesantes. Mentira. La audiencia da la espalda a estos eventos cuando sus responsables no piensan en los espectadores. Porque calidad no está reñida con entretenimiento.

Al final, se echará la culpa al poco presupuesto. Pero la clave para hacer un buen evento de estas características es brevedad, ritmo, imprevisibilidad, mucha espontaneidad, huir de estereotipos y, sobre todo, tener espíritu televisivo. Por eso, quizá ha llegado la hora de convertir Los Premios de la Academia de la Televisión en punto de encuentro para la innovación. Un lugar donde fusionar la fundamental experiencia de los veteranos trabajadores del medio con las nuevas generaciones, que tienen mucho talento pero que no siempre encuentran su hueco en las parrillas.

Lo mejor de la ceremonia fueron sus presentadoras, Francine Gálvez y Silvia Jato, que intentaron dar cercanía al show, la realización a cargo de Luis Miguel González, que fue ágil entre el caos, y, por supuesto, José María Iñigo. Este emblemático comunicador fue merecido premio a toda una vida. Y es que al presentador de Directísimo o Estudio Abierto le debemos mucho: importó con grandes dosis de sentido de la televisión el late show a nuestro país.

En definitiva, podemos resumir la gala con la última frase que pronunció Silvia Jato al invitar a los premiados a la foto de familia: “que suban todos los que no se hayan ido”. Claro, fue difícil aguantar hasta el final.

La Gala íntegra se puede ver en RTVE A LA CARTA

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